2 de octubre de 2008

ODIO ESPAÑA





(El señor Ferlosio traía en los papeles, para la presentación de su "God & Gun. Apuntes de polemología" tralla para todo y todos, incluido él mismo, y no ha dejado titere con cabeza. Lo que me parece una actitud muy sana (le gusta levantar las orejas de los indignados como a liebres). Entre otras cosas ha mentado su odio por España (para mí lo más normal del mundo), por ser este de la patria "el más venenoso de los conceptos", y su retirada de los toros por esto. Lo dicho, yo lo veo normal, hasta el abandono de la afición porque a veces lo siento y razono así. Sólo con lo de escuchar "la fiesta nacional" ya me entra un escalofrío por semejante secuestro. Con lo de que a la mayoría del mundo del toro le parezca que con Franco llovía mejor, pienso apaga y vamonos (encima es mentira). Y cuando veo que el PP se plantea defender este concepto de "fiesta nacional" en su programa político estoy en un tris de presentar la dimisión... (y podría no parar de decir españoladas que aplastan la fiesta). Pero a diferencia de Ferlosio, yo no soy tan listo para dejarlo. Encima, por las visitas que me frecuentan, mi fiesta no coincide mucho con la de mis "compatriotas". Vascos, franceses e italianos (además de algunos irreductibles extremeños) pueblan los tendidos de esta placita y refrescan con su brisa la pesadez española del día a día haciendo de los toros algo humano, sin más...)

(Y por supuesto no me iría a vivir a ningún otro sitio)


23 comentarios:

Anónimo dijo...

clap clap clap

a los dos.

así sí! así hasta los Vascos nos podemos reconocer como los grandes Odiadores Españoles que SOmos!

Gaz

Anónimo dijo...

Cuando se odia algo es porque te importa, porque te duele.

Sol y Sombra, las dos Españas.

Manuel Ortega

Olivier dijo...

Muy señor solymosquero
De toda forma, si se le ocurre quitar (o si le echen de ahí) el tendido que ocupa con tanta personalidad, sepa que en Francia tenemos entradas para vd y sus familiares. Como lo explica el controvertido FW, la fiesta de los toros ya no es nacional. Tampoco llega a ser mundial, universalizada, pero las fronteras del dicho mundo de los toros no corresponden ya a la dicha piel. Bueno, lo que pasa es que aquí, somos unos cuantos exiliados de une España que no existe ni ha existido nunca, donde no hemos vivido ni viviremos nunca, quizás una España mas bella, simbólica y pura que la suya, o que de la que habla el señor Ferlosio. Tampoco es la España de peinetas y panderetas. Es un país romántico y legendario, algo como un paraíso, no un paraíso perdido, sino un lugar del alma donde llegar al fin y al cabo, con los escombros del sueño. Un lugar donde perdura la grandeza del hombre y la bravura de la bestia. De toda forma, señor SyM, en Francia resulta normal desde luego el odio a Francia, y si tenemos ya toreros de lujo, no nos enorgullecemos por Francia a través de ellos, sino por aquella España mítica, esa puntita de sangre rojiza y estraña que tenemos en el corazón, sin saber porqué ni para qué.

Anónimo dijo...

Viejo asunto. Entre "La mala reputacion" y "Tócala otra vez Sam".
Espero lo mejor del maestro. (Confío que no se quede en el contrapunto casposo de un pasodoble -"Pan y toros"-.)
Es que "los odios y dolores patrios" parecen una "semana santa" con arrebato de tambores y cruz de guía...Estandarte de otros capillitas.
No sé si viejo o antiguo.

Anónimo dijo...

acabo de abrir el folletin que acompaña el ultimo de morente, "pablo de malaga", y leo :
"yo nunca me he olvidado de españa, viniendo cada vez del extranjero se vuelve uno mas español aun." (pau picasso, "autorretrato" con su voz grabada).
ferlosio me parece cada dia mas interesante. lo que dice sobre los sintagmas anodinos y la sospechosidad de las soluciones son de una clarividencia extrema y jubilatoria.

señor papa negro : me han recomendado la pelicula "el cafe de los maestros" . que opinion tiene vd de la obra ?
y porque no se alimenta mas sus blogs ? les tengo enlazados pero cada vez que me cuelgo salgo triste de ver que no llevan mas cosas suyas desde ya, pfffuuii. una pena, digo.

abrazo a todos.

ps : con olivier coincido porque hemos recorido bastante juntos la piel y nos hemos traidos unos cachos que nos sirven para calentar el cuerpo de la memoria cuando el frio frances nos encoge.

Anónimo dijo...

VIVA ESPAÑA

javier dijo...

Hoy en las taquillas de Las Ventas ha habido un malentenido entre una taquillera y un señor que compraba su entrada. Han discutido. Finalmente el comprador, ya enfadado, ha "tirado de argumentos sólidos".."¡Yo soy español!"
(la taquillera, sobra decirlo, parecía tener un origen distinto)
...¡en fin....!

Anónimo dijo...

Gaz, gracias... pero también hay que odiar euskadi... a cada cual lo suyo...

Sr Ortega... mi españa, una entre los 40 millones de españas que hay, es parecida a la que pinta Chumy Chumez, por eso me duele y me importa...

Sr Olivier... esa España de la que me habla es como esa Francia republicana, racional y avanzada a la que mucha gente de aquí sueña con exiliarse... ¿existe?
Dejémonos de romanticismos por favor, cada pueblo (y con esto quiero decir cada pueblo-localidad) nos ofrece lo que ha podido recopilar o salvaguardar durante generaciones, y algunos de esta zona dan buenos alimentos para cuerpo y alma a través del toro. Ahora nos toca cultivarlo y trasmitirlo a nosotros...

gracias por su invitación, un abrazo...

Su Santidad, creo que usted tiene mucha razón. Hay un gran grupo de penitentes de lo "español" fustigándose todo el día desde siempre, y a veces parecen masoquistas gozando. No va de eso (y creo que el Maestro tampoco va por ahí), lo de menos es España, pero como es lo que me ha tocado... espero que me comprenda y me absuelva del pecado de odio.
Un placer verle por aquí...

Señor Ludo, ya sabe como es la nostalgia, territorio abonado a la mitificación (se de que habla Picasso, cuando de niño vivía en el gris Londres nos mandaron en clase de dibujo pintar algo de temática libre. Este pobre inepto intentó hacer un cartel de toros...)

(el disco de Morente un poco decepcionante, ¿no?)

Señor Gómez de Lesaca, me suena usted rabiosamente español. Le recuerdo que la rabia es una enfermedad.
De todos modos, como soy un analfabeto y puedo estar equivocado le dejo una frase de Samuel Johnson, pensador conservador británico (de su gusto, supongo), independiente y refutador de idealismos (como el de la patria)

"El patriotismo es el último refugio de los canallas."

(espero que a pesar de esto siga usted pasándose por aquí para hablar de toros, España o lo que usted quiera)

En fín Javier... esa es la españa que pesa...

Un saludo

Olivier dijo...

Ay, Señor SyM, digo justamente que no, no es esa España romántica y peinetera, no, es algo mas compicado, interior, que nace sobre una barra, entre los pitones de un toro bravo, el ocre de la tierra aragonesa, la páginas de Julio Llamazares, une tinta de Goya y un tinto de verano, charlando con un amigo del desastre y de las estrellas. Una tierra que y a no existe, ni de postales, ni de litteratura. Tierra-carne, tierra espíritu. No se si un Español se puede figar en lo que aquella tierra mítica puede ser para un aficionado francés. Me intentaré explicar bien, pero no es eso, no.
Y perdón, no puedo dejar el romanticismo, si lo dejo lo dejo todo. Dejémonos de racionalismo, mejor. Amorantémonos.
Siempre un placer pasar por SyM

Anónimo dijo...

"Amorantémonos sin ponernos morados", si es posible, Señor Olivier.
No me parece el Sr. Gómez de Lesaca muy "rabioso". Quizás esta vez "ostentóreo" para contestar mayúsculas ostentosas de vascos tan españoles en sus excesos.
"Incluso los brutos no devoran a sus hijos, ni los salvajes hacen la guerra a sus familias". Escribió Tom Paine en su Sentido Comun (tan raro por demás).
Un saludo

Anónimo dijo...

en cuanto a morente yo diré ni mu (aunque en la radio esta noche intentaré de acercarme a la obra pero sin dar opinion , simplemente explicaciones)porque se que, cada vez, cuando se escucha con tiempo sus discos me parecen mas cerca de mi caracter o de mis deseos. nostalgia tambien a mi me toca ? lo asumo.
su linea no es facil.pero no le niego que en estos momentos me gustaria algo parecido a una antologia de cantes grabados por el.como hizo carmen linares con su homenaje a la mujer en el cante.

por cierto, me debe una contestacion a la respuesta que yo le hice a una pregunta suya sobre la tropa francesa y vd en otro lugar.

un saludo y victorino manque pierda.

ludo

sol y moscas dijo...

Su Santidad, se equivoca... Gaz se reconoce como odiador español o viceversa con bastante sentido del humor, nada estentoreo...
Sin embargo el sr de Lesaca me recuerda a un cuento que me pilla muy cerca... ese viva eZpaña tan vacio de razonamiento... les dejo el cuento:

El 12 de octubre de 1936 se celebraba en dicho paraninfo de la universidad de Salamanca el Día de la Raza, aniversario del descubrimiento de América por Colon. MILLÁN ASTRAY había llegado escoltado por sus legionarios armados con metralletas, afectación que conservaría a lo largo de toda la guerra. Varios oradores soltaron los consabidos tópicos acerca de la "anti-España". Un indignado Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y pronunció un apasionado discurso. "Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces, Pero, no, la nuestra es solo una guerra incivil (...) Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión (...) Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí esta el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis..."

En ese punto, Millán Astray empezó a gritar: "¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?" Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: "¡Viva la muerte!" Entonces Millán gritó: "¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!" Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando se cuadró mientras se oían gritos de "¡Viva España!". Se produjo un silencio mortal y unas miradas angustiadas se volvieron hacia Unamuno. "Acabo de oír el grito negrófilo de "¡Viva la muerte!". Esto me suena lo mismo que "¡Muera la vida!". Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja que me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que el mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono mas bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente hay hoy en día demasiados inválidos, Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu, suele sentirse aliviado viendo como aumenta el numero de mutilados alrededor de él (...) El general Millán Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada..."

Furioso, Millán grito: "¡Muera la inteligencia!" A lo que el poeta José Maria Pemán exclamo: "¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!" Unamuno no se amilanó y concluyó: "¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido , diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir, y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España". Millán se controló lo suficiente como para, señalando a la esposa de Franco, ordenarle: "¡Coja el brazo de la señora!", cosa que Unamuno hizo, evitando así que el incidente acabara en tragedia.

Esto se repite más que el ajo y parece que no aprendemos... así seguimos soltando vivas a eZpaña como estos dos facinerosos de la foto:


http://www.elpais.com/fotografia/Francisco/Franco/

Millan-Astray/elpdia/20060808elpepirdv_18/Ies/


A proposito, su Santidad, sólo conozco a Tom Paine por Chomsky, que decía que estos liberales precapitalistas, cuando vieron como funcionaba el capitalismo liberal, lo aborrecieron... por eso le pregunto que hace aquí su frase utilizada contra los defensores de "la madre patria" británica... espero que me lo aclare...

un saludo

sol y moscas dijo...

Sr Olivier, no se preocupe, seguiré defendiendo, ante el dominio total de la razón, a mis apetitos desordenados, a las pasiones de mi alma y a las concupiscencias de la carne... pero Morante ultimamente es demasiado para mí(a ver en Zaragoza), yo por ahora me "escolarizo"...

gracias por su españa interior

Sr Ludo... coincido al 100% con usted en lo de la antología de Morente. Un buen tocaor al lao y basta... pero por el otro lado me parece que su línea de ahora es la fácil...

(¿me puede repetir la pregunta por favor? se me debió pasar. le ruego acepte mis disculpas)

Un abrazo a los dos y gracias

Anónimo dijo...

Decepcion: Conocer a Thomas Paine con la muleta de Chomsky es un desperdicio intelectual. Y rematar con el cuento tan conocido y tan manido del eximio dialectico Millan Astray (el octavo sabio griego)es un bajonazo de la peor especie.
Solo le ha faltado hacer "el salto de la rana".Renta orejas.
(Pido disculpas al Sr. Gaz por no haber captado sus humores)

sol y moscas dijo...

Su Santidad, siento decepcionarle, entiendo que ante este toro llamado "España" (de seis años, más de 600 kilos, dos buenos leños sin afeites, requetetoreao y resabiao) mi faena le parezca digna de Micky Padilla...
Cántemelo desde el tendido como el Ronquillo, el Lupas o el Rosco, a usted se lo agradeceré siempre y siempre tomaré nota.
Lo que no acabo de entender y me suena mal es que me griten ¡viva eZpaña!, cuando espero que hablen de la condición del toro o de mis defectos en su lidia...
Sobre la estocada, ¿bajonazo? no crea, es para enseñar a los extranjeros que pueblan el tendido una antigua suerte española que a lo mejor no conocen y que a algunos de aquí se les olvida...(y es manida porque es clarificadora)
El salto de la rana, espero que nunca... aunque me sincero: mejor Cordobés que Algabeño.

(Lo de Thomas Paine todavía podemos arreglarlo. Preséntemelo usted como Dios manda... y acláreme la duda sobre la frase)

Un sincero abrazo y disculpe mi ignorancia

sol y moscas dijo...

(Le dejo esta otra estocada... espero que le guste más)

Utilización política de los toros

javier Villán

La corrida, en el sentido tradicional de estos términos, no es de derechas ni de izquierdas. El guerracivilismo de los aficionados, a causa de opiniones taurinas enfrentadas, o de sus ideas extrataurinas, no da a la corrida un perfil político. De igual forma la excomunión, que algunos papas dictaron contra las corridas, nada dice respecto a una filiación antirreligiosa. En tiempos de Fernando VII, Antonio Ruiz, El Sombrerero, era absolutista, Juan León era liberal y cada uno arrastraba tras de sí sus respectivas partidas de blancos o de negros. Se quejó El Sombrerero ante el mismo rey, amigo suyo, de la hostilidad de los liberales en las plazas y sugirió al monarca que ese agravio podría arreglarse reprimiendo a los alborotadores. Antonio Ruiz no alcanzó remedio a sus males ante el toro y, además, perdió el favor real por pretensión tan fuera de lugar. La Fiesta, en sí misma, carece de ideología y la que tengan aficionados y toreros no repercute en los ruedos. La ilustración y la Generación del 98, en líneas generales, no fueron partidarias de las corridas porque las vincularon a un casticismo retardatario y a la esclerosis del pensamiento crítico. Una utilización más política tiene lugar durante la República y la posguerra que otorga a la denominación de Fiesta Nacional un significado político concreto: manifestación de la gallardía de la raza. Esta identificación con el ser de España es el argumento oculto de los nacionalistas catalanes que quieren erradicar de Cataluña las corridas. Razones de ética, modernidad o humanitarismo, son la tapadera. Lo que subyace es el rechazo a cualquier signo que pueda identificarse con España.

Durante la guerra del 36 la gente del toro, aunque condicionada en cada circunstancia por el lugar donde la sorprendió el golpe de Estado, fue partidaria del Alzamiento; el corazón desclasado de los toreros y la condición terrateniente de los ganaderos no estaba desde luego con la República. Diezmados por venganzas y ajustes de cuentas, si hacemos caso a lo que dice Julio Urrutia en su libro Los toros en la guerra española, no hubo criador de toros que simpatizara con la causa republicana. En Las memorias de Clarito, Cesar Jalón insiste en esa idea de territorialidad accidental por encima de convicciones políticas. Cesar Jalón había sido ministro durante el gobierno de Lerroux y, en su libro El cautiverio vasco, relata cómo fue detenido y encarcelado en Fuenterrabía por los republicanos. En líneas generales los toreros carecen de ideología política; su ideario es el triunfo y, cuando triunfan, se despegan de las capas populares a las que casi todos pertenecen en origen. Los que cayeron en zona del gobierno legítimo buscaron, tras el primer sobresalto, refugio y seguridad en la zona rebelde; las figuras se adhirieron al bando franquista y a él permanecieron adheridas tras la Victoria. Según datos que he reflejado en otro lugar, en el libro Entre sol y sombra, la desbandada hacia zona nacional fue unánime. Rafael el Gallo permaneció en Madrid, pero acaso fuera más por pereza que por ideas. Estrategia o despiste, parece que, tras algunos días de ocultamiento, al ver los movimientos bélicos, preguntó qué pasaba y siguió a su aire sin que nadie le molestara. Un caso de fidelidad republicana, aunque, según los falangistas, por error circunstancial, fue el de Saturio Torón, que murió de capitán en la defensa de Madrid. Julio Urrutia, en su citado libro, recoge el testimonio del escritor falangista Rafael García Serrano, quien asegura que Saturio era joseantoniano de primera hora, presente en el acto fundacional del teatro de la Comedia. Los nacionales propalaron la especie de que fue muerto por la espalda cuando intentaba pasarse; la versión más consistente es que lo destrozó una mina en Pozuelo, mientras cavaba una trinchera. Al otro lado, puede que a algunos centenares de metros, estaba su padrino de alternativa (Pamplona, San Fermín 1930) Marcial Lalanda, líder sindical y antirrepublicano fervoroso al que pleitos políticos habían llevado a la cárcel los meses previos a la rebelión.

El más beligerante por el lado de los nacionales era Victoriano Roger «Valencia II»; miembro de Falange con carné, según Urrutia. Calificado de «torero señorito y fascista», alguna brigada del amanecer le dio horripilante paseo. Cuentan que su cuerpo, recosido a cornadas, tenía más balazos que cicatrices. En el sur, mientras desempeñaba tareas de correo de Queipo de Llano, murió El Algabeño que había sobrevivido años atrás a un tiroteo también de naturaleza política. La acusación de «señoritos y fascistas» la hizo extensiva el periódico Solidaridad Obrera a todos los diestros que se pasaron a la zona de Franco; pero había empezado antes de la guerra, siendo los más atacados, en estos sombríos prolegómenos, Domingo Ortega y Marcial Lalanda; y Nicanor Villalta por un brindis a la sombra, lugar tradicionalmente ocupado por los ricos. Para el periódico izquierdista, los toreros «desertores», casualmente los que tenían más cartel, eran «señoritos bonitos, chulillos y amariconados» que toreaban «cabras en lugar de toros y […] no podían adoptar otra actitud que la fascista». La corrida de toros es apolítica pero, en algunos momentos de la historia, se ha politizado perversamente con resultados a veces sangrientos y otras veces simplemente propagandistas.

Por todo esto, durante el franquismo a los toros se les atribuyó carácter nacional y patriótico, cosa que venía rodada, y que, en buena medida, había señalado en su libro, Taurofilia racial, Fernando Villalón, el ganadero poeta, Conde de Miraflores, que acabó renegando de su clase y de su estirpe. No fue el franquismo el primero en atribuir a las corridas virtudes heroicas propias de la raza; pero lo subrayó. Desde este punto de vista y, al ser los vencedores los depositarios del patriotismo, la izquierda quedaba excluida de los toros. La realidad no era así, mas lo parecía al radicalizarse la Fiesta como signo de identidad española, que es lo que ahora ocurre en la parte de la Cataluña antiespañola. El caso más significativo de utilización patriótica de un torero fue el de Manolete que, sin embargo, mantuvo buenas relaciones con Indalecio Prieto cuando fue a Méjico. Ello preocupó al aparato de propaganda del franquismo que se esforzó en apuntalar y difundir una imagen del infortunado torero leal al régimen. El episodio de Manuel Rodríguez negándose a torear en «la México» mientras ondease en los mástiles la bandera republicana, tiene algo de verdad y mucho de intencionada confusión; entre otras cosas porque, al parecer, la bandera republicana nunca ondeó en la México, según se deduce del testimonio de los viejos aficionados mejicanos. Personas afines a Indalecio Prieto, han referido el suceso de muy distinta manera. Fue éste quien, para evitarle problemas al torero en una cena con parte de la colonia española, sugirió que no se pusieran banderas de ningún tipo. Esta versión podría estar indirectamente avalada en Los toros en la guerra española, de Julio Urrutia, quien, sin negar el episodio patriótico de la bandera, atribuye a Prieto la siguiente frase muy mal acogida por muchos exiliados: «Manolete es el único español que ha hecho algo importante aquí desde Hernán Cortés». El aparato de propaganda franquista, alarmado por esta deriva de las relaciones del diestro con el exilio, convirtió una cortesía privada de Prieto en exigencia pública del torero cordobés.

Por otra parte, los toreros haciendo el saludo fascista al iniciar el paseillo, son signo de la época y no un símbolo específico. La imagen brazo en alto en el portón de cuadrillas, no dice más, ni tampoco menos, de 10 que pueda proclamar la imagen de curas, obispos y sacristanes con idéntico ademán, a la puerta de los templos en los que entraba Franco bajo palio. Hubo toreros hijos de familias represaliadas de una rojez cautelosa como Marcos de Celis, Antonio Chenel Antoñete o Manolo González; otros, totalmente escépticos como Paco Camino, y otros decididamente desclasados, como Manuel Benítez, el Cordobés, que se aficionó enseguida a las monterías de Franco, Caudillo de España. La leyenda de benefactor de los pobres y de robagallinas, con que rodeó al torero de Palma del Río el genio propagandístico de El Pipo no pasa de ser, al parecer, un ardid publicitario.

Pese a todo, sobre las convicciones políticas de los toreros, nadie, ni profesionales ni aficionados, han hecho nunca controversia. Todos están de acuerdo en que el lugar ante el toro da no la ideología, sino el capote y la muleta. El paradigma del torero romántico y de izquierdas fue Domingo Dominguín, voluntario en una bandera de Falange en la guerra y comunista al acabar ésta, eje carismático de una constelación de intelectuales que dieron luz a la Fiesta: Ignacio Aldecoa, Juan Benet, Javier Pradera, Jorge Semprúm, el pintor Diaz Caneja... Muerto Domingo Dominguín, muchos de éstos, si no abominaron de las corridas, iniciaron, por lo menos, una decorosa retirada. Los dominguines, Domingo con su militancia activa y generosa en el PCE a poco de concluir la contienda, Pepe con su seriedad y discreción y Luis Miguel con su seductora frivolidad en la que cabían la devoción por Picasso y la amistad con el dictador, tuvieron siempre fama de disidentes. En Mi gente, Pepe Dominguín cuenta que en una cacería, en presencia de Franco y de Camilo Alonso Vega, ministro de la gobernación, un impertinente preguntó a Luis Miguel quién de los tres hermanos era el comunista. El mundano seductor, blindado sin duda por la confianza y protección que le dispensaban Franco y su yerno, el marqués de Villaverde, respondió: «Los tres». A Antonio Ordóñez, en ruidosa ocasión nocturna de flamenco y manzanilla, la periodista italiana Oriana Fallaci lo llamó «vaquero fascista». Así consta en el libro Los antipáticos; mas no hay noticia comprobada de que Ordóñez fuera asiduo a las cacerías organizadas por el Régimen ni cortesano de El Pardo, como lo fue su cuñado Luis Miguel. Aunque Ordóñez, en la Transición, fuera simpatizante del partido fascista Fuerza Nueva. Lo cual no evita que hubiera tenido a Ernest Hemingway como un segundo padre y fuera amigo de Orson Welles, cuyas cenizas reposan en el predio ordoñista de Valcargado como unión hipostática con el ordoñismo.

Los intelectuales también están divididos; aunque durante mucho tiempo, al ser considerada apátrida la izquierda, la denominación de Fiesta Nacional reagrupara más consistentemente a los de derechas. De izquierdas era Bergamín y ahí están su pasión taurófila y obras como el Arte de birlibirloque o La callada música del toreo, dedicada ésta a su mito de los últimos años, el gitano de Jerez, Rafael de Paula. En cualquier caso, la Fiesta siempre se ha debatido entre dilemas; el más grave, su difícil anclaje entre un españolismo retrógrado y un progresismo desnaturalizado. Lo que se entiende por clasicismo, en el arte de torear, es una ortodoxia que se resiste a cualquier tipo de innovación. Y hay que preguntarse por qué la experimentación o las vanguardias, no sólo legítimas, sino necesarias en todas las artes, son rechazadas en los toros. O por qué su organización apenas ha rebasado los esquemas del siglo XIX, alguno de los cuales, como la numeración de las localidades, se debe a José Bonaparte, durante la guerra de la Independencia. Las plazas de toros son lugares incómodos, con asientos pensados para españoles bajitos y mal alimentados. Las modernas construcciones cubiertas, más confortables, están ideadas como polideportivos multiuso a efectos de rentabilidad; están más acordes con la idea de espectáculo que con la idea de ceremonia y puede que, al diseñarlas, lo de menos sean las corridas. Este es el dilema: progreso frente a conservadurismo. Lo que Javier Pradera, en el prólogo a Historia del toreo, de Tapia y Carlos Abella, llama la difícil elección «entre un casticismo a la larga inviable y una modernización en cualquier caso trivializadora».

Los extranjeros de renombre más apasionados por la Fiesta han sido Ernest Hemingway, sospechoso de izquierdismo para el régimen de Franco por haber estado de corresponsal en los frentes republicanos, y Orson Welles. Y también podría hablarse de Henry de Montherland y de Edmundo de Arnicis, que veía a los toreros como bailarinas; según las referencias de Ramón Pérez de Ayala en Política y toros.

De crisis y decadencia de la fiesta de los toros se viene hablando desde los orígenes de los tiempos. Nada nuevo bajo el sol y las estrellas. Siempre ha habido dos corrientes en la crítica de toros: la calificada de negativa por los taurinos, es decir la pesimista que males por todas partes; y la que consideran positiva, o sea, aquel: que sólo debe reflejar virtudes, y los vicios, si los hubiera, hay que silenciarlos. Ante la mayoría de optimistas históricos, algunos, toda vía, se encuadran en el bando del pesimismo racionalista. Lo malo de la decadencia de hoy no es que parecidos vicios hayan existido antes; lo pésimo es tratar de presentarlos como virtudes. La tendencia a criar un toro que no complique en demasía la vida a los toreros ha adulterado los términos de la tauromaquia, soslayando la bravura como elemento esencial del toro de lidia. En consecuencia, la costumbre de lidiar toros poderosos se está perdiendo y, además, no «se torea mejor nunca» como dicen a todas horas los profesionales de la lidia.

El pensamiento oficial impone un hecho consumado y proclama después su necesidad; que el toro sin nervio, parado y bobalicón, es el toro ideal para una lidia artística que, con frecuencia, ni es lidia ni es artística. Aceptada la normalidad de ese hecho espúreo, se justifica todo lo demás: el toreo tedioso y amanerado disfrazado de recurso técnico. Recursos lidiadores, legítimos a veces según las condiciones del toro, se alaban como técnica habitual. Y, si siempre se consideró mérito grande irse al pitón contrario, hoy se dice que cruzarse es una ventaja que descarga de riesgo la aventura. En contrapartida, el momento económico no es malo, aunque los ingresos hayan descendido al reducirse el número de retransmisiones televisivas. Al dejar de ser la televisión fuente ubérrima de ingresos, las ganancias, en todos los estamentos del sector, han disminuido. Con todo, los ciclos feriales siguen siendo un negocio lucrativo. Eso resulta legítimo, mas el exceso de mercantilización es otra cuestión. Se dan tantos festejos que no hay toros adecuados ni toreros de calidad para cubrirlos con una oferta razonable. En consecuencia, no hay criterio de selección. Todo vale. Pruebas y tientas, en vez de labores selectivas, son para los ganaderos jubilosa almoneda. Desprovistas de grandeza y de autenticidad, las corridas de toros se convierten en lamentable carnicería. Y sobrevienen las crisis; y para remontarlas, cuando el interés por la Fiesta decae y, en consecuencia, disminuyen los ingresos, hay que inventarse un fenómeno que encandile a las masas. Se trata de una operación económica a la que, por supuesto, se le buscan fundamentos taurómacos. Cada cierto tiempo se necesita un astro que llene las plazas. Y se lanzan figuras, bajo esquemas estrictos de mercado, que duran poco aunque enriquecen mucho y en las que se invierten grandes sumas. Entonces, en apoyo del mercado, se manifiestan unas tendencias críticas que más tienen que ver con la propaganda que con el juicio independiente. Los propagandistas sustituyen a los críticos. La invención del fenómeno no tiene pretensiones históricas, sino de reactivación económica. De ahí la complacencia con que la prensa, en general, recibe estas figuras. La prensa en estos casos desarrolla una labor clave; no lo magnifica todo, exalta los triunfos y tapa lo que pudieran considerarse fracasos. Si se consultan los periódicos de temporadas atrás se deducirá que Julián López el Juli viene a ser una mezcla gloriosa de Joselito y Belmonte; y que José Tomás es «un torero de otra galaxia», «un torero de época». El Juli y Tomás son casos distintos, pero ambos ilustran por igual estos frenéticos movimientos de la prensa y esos seísmos de masas. Estos reactivadotes económicos tienen, naturalmente, base suficiente y profesional en que apoyar su lanzamiento: condiciones naturales para el éxito y capacidad para seducir a un público que necesita ser seducido. Y los apoyos logísticos, imprescindibles, en frentes decisivos: propaganda por parte de los medios de comunicación y tolerancia del fraude por parte de la autoridad. Lo cual supone una crítica complaciente, aunque siempre haya excepciones; son estas excepciones, dicho sea con todas las cautelas, las que marcan la historia de las corridas y, en lo que cabe algunos aspectos de la historia convulsa de España.


Un saludo

Anónimo dijo...

Breve y por derecho:
1. Esencialmente de acuerdo con lo escrito por Villán... como casi siempre.
2. Me fastidian esas connotaciones casi peyorativas sobre Paine. Un hombre de origen humilde que siempre estuvo contra el poder y sus abusos.
Que escribió alto y claro. Si no hubiese sido por gente como él que se jugó la vida sin recompensa material alguna dudo que gente como Chomsky pudiera hacer hoy la critica del imperio (tan necesaria... pero mucho mas cómoda).
Paine se enfrentó al imperialismo inglés (ejecutivo:Pitt) e ideológico (Burke).Participó decisivamente en la independencia de la colonia americana.
Su frase: "Donde no hay libertad, allí está mi patria", no es retórica, en la Revolucion francesa se la jugó frente a Robespierre. No hablaba desde "la cátedra" sino desde la calle y siempre defendió la democracia, la sociedad civil y la libertad.
Nunca ganó un duro, para el Times fué un volteriano inglés, para The New York Citizen:"Vivió mucho,hizo algún bien y mucho mal". Hombre de fé religiosa fué reconvenido por el clericalismo.
Contra todos y con la muleta planchá luchó por los derechos del hombre y de cada generación para ejercer con libertad su vida y destino... contra cualquier "derecho histórico" o "hereditario" (Todavía hoy leo en esta España reclamar "derechos históricos" ,Señor SOL Y MOSCAS,
!!QUÉ COSAS !!).
Enfin, me canso... pero me carga oir despectivamente sobre estos "pre-liberales" desde cómodas cátedras y órganos de difusión multimillonarios. (Me gustaría verlos en la puta calle, con el recurso del claro panfleto y con la guillotina al fondo.)
Tampoco oigo reconvenir a Carlos Marx que su impresionante obra terminara manejada por bolcheviques y justificando gulags.
Usted sabe que no se debe citar fuera de cacho , pero que es intolerable ponerse "bonito" a toro pasao. Ahí le duele a muchos de nuestros intelectuales contemporáneos.No sé si me explico.
Un saludo.

Anónimo dijo...

señor papa negro,
alli no sé pero aqui se dice y se escribe horteras sobre chomsky semajantes a las que se debio escribir sobre paine en su tiempo.
chomsky lo sabe y se reclama del ilustre ascendiente.

QUESTION: How would you describe the role of the radical in the American political context?

CHOMSKY: In the tradition of Thomas Paine and the better part of Thomas Jefferson. In modern times, Eugene Debs ... and other people who have done something decent for this country.
(sixties radical /1995)

que a unos ahora les disgusta que chomsky se acapara de la "tradicion painista" es otra cosa.que no pora acabar aqui , creo. pero es evdente que cabe muy "nuestro tomas" en este sitio y por este post.y a esas horas (creo que escribio "la crisis" .que casualidad)
viva españa ? pero que españa vive, no ?
yo diria :
"viva el almibar" (jaleo de un palmero en un disco de camaron).

su pregunta y mi contestacion deben estar en su caja de correo electronico.viva el modernismo...

un saludo.

ludo

sol y moscas dijo...

Gracias su Santidad, pero iba a apuntarle lo mismo que el sr Ludo. Tengo la idea (leí a Chomsky hace mucho y por encima) de que para él Tom Paine, Thomas Jefferson o Adam Smith hubieran llegado, de seguir su evolución, hasta el socialismo libertario ("sobre todas las cosas estos hombres amaban la libertad, y creían que limitando al estado (gobierno, en aquella época) se llegaría a una justicia plena, porque creían en la bondad de los hombres. Más tarde se dieron cuenta de que esto no se cumpliria jamás"). Vamos, que de despectivo nada. Eso, con los liberales de hoy en día (neocons, faes, etcetera)...

Sobre los pseudointelectuales que se ponen bonitos a toro pasado creo que tiene razón, pero echarle la culpa a Marx creo que sirve para poco. Yo por eso se las echo a Hegel... ("Vida y destino" V. Grossman. Esclarecedor)

Sr Ludo, gracias por sus palabras. Usted si me ha comprendido, ¿viva qué?... ¡qué vivan los toros y los toreros!

Un saludo

Anónimo dijo...

Me encanta el rigor , a la vez que la modestia intelectual:
"Paine y Jefferson de mayores hubiesen sido social-libertarios como yo"... Así, con un par.
Parece un ministerio: "Seccion Expropiaciones y Recalificaciones de terrenos ideológicos".
¿Donde hay que poner la póliza para ser admitido en "la cofradía"?
¿Cuanto renta el IVA y la plusvalía ?...
Porque haberla "haila".
Disculpen que me convierta en mosca cojonera , doy por zanjado el asunto.
Un placer.

sol y moscas dijo...

Su Santidad... no creo que intente apropiarse de nada... sólo señalar la perversión de unos ideales que el lamentable quehacer de los políticos y la voracidad del beneficio han transformado en un mundo de horrores.

Esos Neocon son el nuevo régimen contra el que luchar (ojala que con las agallas de Thomas Paine)

Muchas gracias por traerlo aquí. Usted aquí nunca será una mosca cojonera porque esta también es su casa...

el placer es mio

Un saludo

Anónimo dijo...

Arratxaldeon a todos,le he leido el katxo largo que se ha marcado y me quito la txapela y le saludo como los antiguos caballeros musulmanes;salud y respeto.no se a que se dedicara uste pero ma dejado anodado con todo el rollo ,me ha gustado. Ajeno a su debate con Pap Buñul y el señor Ludo,quisiera decir un hecho curioso sobre los odiadores de mi zona,mas concretamente la tierra de los arakelitani:muchos tienen sus raices en las sierras de Cazorla,otros en las dehesas de La Extrema dura,y curiosamente otros muchisimos tienen entre sus abuelos reketes dedicados durante largo tiempo a fusilar a las almas candidas que no pensaban como ellos,curioso. Y hara un tiempo un señor me comento que el difunto Yon Idigoras,intento ser novillero. Los toros son un rito del pueblo.
Ave.

sol y moscas dijo...

Gracias señor Kaparra por sus palabras. Ya me parecía raro que usted no participase en el debate. Completamente de acuerdo. Del pueblo y punto.

Un abrazo sincero