28 de mayo de 2010

LOS TOROS DEL GALLO

Rafael Gómez Ortega "El Gallo"



Extracto de una entrevista realizada al Gallo por J. López Pinillos "Parmeno"

- Pues hablemos de otra cosa. ¿Cuáles son los toros que ha lidiado mejor?

- Er de Alea que maté en Madrí er 15 de mayo de 1912, y er de Veragua que maté en la úrtima corría de la Prenza. Er que me cogió por curpa del aire. Yo eztoy en que la faena mejó fue la que hise con el Alea. De eze toro quiero que me haga un buzto Mariano Benyiure.

- ¿Y cuáles son las reses que ha lidiado peor?

- Laz que tenían mi contraeztilo.

- ¿Su "contraestilo"? Explíquese.

- Ez mu fásil. A los toreros lez tocan bichoz que zon a propósito pa que luzcan zu eztilo de toreá y bichoz que no zon a propósito. ¿Ze prezta er toro a que el mataor lusca zu estilo? Poz, aunque sea un marrajo, el matador lo dominará. ¿No ze presta? Poz, aunque zea bravízimo. el mataor perderá los papeles y dará er mitin.

- Y de esos de su "contraestilo", ¿le han tocado muchos animales?

- ¡Ca! Con media dosena que me hubiezen tocao, zería ahora canónigo mejó que torero. De un contraeztilo arzoluto, he tropezao con dó: uno de Miura y otro de Tová, prosedente de Arribas. Er de Miura, un cárdeno de 400 kilos, con dos garrochas en er teztú, me lo zortaron el año 10 en las fiestaz der Pilá. Zalió, ze dio un paseíto por el reondé pa convensernos de que podía con tós nosotros juntos, vorteó a Galea, que lo quizo poné en zuerte, y ze quedó de amo. los quitez, huyendo; las banderiyas, huyendo; los capotazos, ar galope..., y, tararí a matá. Y ze me ocurrió darle un ayudao, a ve zi lo ponía zuave, y, máz pronto que la lú, me empaló y me tiró ar zanto zuelo, con cuya arvertensia me puze a jugá al ezcondé, porque yo no zoy tonto. Y, a los tré minutos, "Blanquito" que mete er capote y zube por el aire como zi lo hubiezen disparao con una honda... ¿Qué hubiera zido de mí, zi no descuerdo ar toro, como lo dezcordé ar primé pinchaso?

- Y el de Tovar, ¿se portó lo mismo que el de Miura?

- ¡Peó! ¡Si er de Tová fue un monstruo, un fenómeno de lo que no ze ve, ni permita Dió que ze vea!... Pué uzté escribí con letraz como zandías que er "Gayo" no ha roído un güezo maz disformízimo. Poz zalió... En Irún ¿eh? Castaño, grande, gordo, con dos pitones... Unos lansesiyos, y tardeando, pero con la fuerza de una máquina der tren, tomó cuatro varas. Y a banderiyeá... la arena, porque er castaño dijo que a er no lo banderiyeaban ni entre er Gran Capitán y er Zi Campeadó, y luego a jugarme yo la vida. Que le pregunten ar "Cuco", que hiso títeres entre aquellos cuernos, y que las dos cuadriyas hablen. No lo pazé ni una vez: lo abanicaba con er braso muy estendío, mientras los peones, en guerriya y muy descompuestos, lo aguantaban, y no tenía ánimo ni pa mandá... Y vengan aflisiones y vayan espantos, con er corasón como un higo y más empapao en sudó que una torrija en mié, hasta que yegó er momento de arreá candela. Pero ¿quién le arreaba candela a aquel ladronzízimo, que, a coses, no me dejaba ni ponerme atrá?... Y dezesperao, en un zegundo en que ze me descuidó, le entré a la media güerta, como un atomoví, pa atizarle un mandaíyo y ezcurrirme; pero él, máz ligero que un siclón, me largó un machetaso en las costiyas y me quitó las medayaz de un derrote y no me hizo pazá a la Hiztoria porque, como ar de Miura, tuve la zuerte de descordarlo. ¡Di un zuzpiro, me caigo en la má! Y eztoz zon los bichos que deben mentá loz que eztudien er toreo y que meresen ser citados en la Prenza. Digo, me ze orvidaban los portugueses.

- ¿Y qué hicieron esos portugueses?

- Espichá; pero ¡vaya si noz dieron que hasé!... Eran viejos y grandes, los habían toreao en Portugal y tenían cayos en los morriyos, de las cicatrises. Pero yo, que empezaba, y un tar Peguero, nos metimos con los zabios en el reondé de Huerva, y nos le valió zu zabiduría. Verdá ez que como los picaron quitándole la guita a las garrochas, ca vara valía por una eztocá.

- ¿Cuál ha sido el toro más valiente y más noble que ha visto usted?

- "Palmero". Se lidió en Seviya el año pasao en una noviyá. Era de Rincón, un desconosido, y no azombraba por zu lámina. Pero dijo el ánima "aquí estoy yo", y aquello fue imponente. Lo sitaron pa er primé puyaso y ze arrancó y vorteó ar penco, y lo vasió en el aire; en er zegundo ze cargó la mizma faena, y en el tersero, el cuarto y er quinto, recargó, vorteó y vasió. Escuso desirle a usté que después de la zesta vara, con er público de pié y ronco de chiyá, empesó la música a tocarle ar bicho. Y con rasón, porque "Palmero", que ze pazeaba por aquella carnisería con una tripa reliá a los pitones, no ze había agotao. ¡Qué había de haberze agotao! La zétima la tomó arrancándoze a sinco metros como un esprés y partiendo por el eje ar potro; en la ortava manejó ar cabayo como a una pluma; pa resibí la novena persiguió a un picaó que zalía de la cuadra, y azín aguantó dose y ze vengó enfriándole er sielo de la boca a nueve sardinas. Güeno; el animalito le jumeaba er taco; pero la gente ze portó; porque ayí hubo oles, y chaquetas tirás, y zombreros por el aire, y parmas que zonaban a gloria. Como que er ganaero, afertaízimo y yorando, ze tuvo que retirá.


(las comparaciones son odiosas pero cuando se compara a Morante con el Gallo son un cachondeo)

27 de mayo de 2010

CIEN AÑOS


"Desde cualquier punto de la costa vasca hay una buena carretera que conduce a Bilbao. Bilbao es una ciudad minera, rica y fea, donde puede hacer tanto calor como en Saint Louis (Saint Louis de Missouri o Saint-Louis de Senegal) y donde se admira a los toros, pero no a los toreros. Si se da el caso de que un torero guste en Bilbao se compran para él toros cada vez más grandes, hasta que acaba por tener con ellos una catástrofe, moral o física, y entonces el entusiasta de Bilbao dice: "A ver, son todos lo mismo, todos cobardes y farsantes. Dadles toros lo suficientemente grandes, y se verá lo que digo".

Si quereis ver qué toros tan enormes se llegan a criar, la cornamenta que pueden llevar sobre la cabeza,cómo miran por encima de la barrera, hasta haceros pensar que van a concluir cayendo en vuestro regazo, si queréis ver hasta dónde una multitud puede ser brutal y hasta qué punto un torero puede aterrorizarse, id a Bilbao".


Esto escribía Hemingway en mil novecientos treinta y pico. Cástor Jaureguibeitia Ibarra llevaba diez años muerto, más menos, y el Club en su honor ya contaba varios lustros andando.

Ahora, cuando ha cumplido 100 y se organizaron unos festejos de celebración, de todo esto ya no queda nada... y tras anunciarse las corridas generales, menos.


¿Qué se verá en Bilbao dentro de cien años?


¿la silla de Morante?


BILBAO

REQUIESCAT IN PACEM



CACHONDEO

Un cachondeo...


Si no fuera por la grave situación que atraviesa el toreo y porque nos cuesta el dinero, esto es para tomárselo a cachondeo.
Jandro (sobre los toros en general)

24 de mayo de 2010

LOS DOMINGOS, MILAGRO



(San Isidro, Dolores y Cuadri)

Para reactivar un depauperado y pacato espectáculo, sus fuerzas vivas (los ganaderos de verdad) organizan los domingos un milagro en Las Ventas del Espíritu Santo con la aparición de caracter religioso de la casta y la bravura.

¡Dios los bendiga!


20 de mayo de 2010

CASTA Y TRAPÍO



Continuando la tradición instaurada por el Conde de Elgin en Grecia, para eso pasé un importante período de formación en Inglaterra, seguimos con nuestro expolio de la obra del sr. Jerôme Pradet Aka El Batakazo en lo que consideramos una misión sagrada por su difusión universal. Esta vez no podemos dejar de reconocer en estas dos ilustraciones, publicadas en Campos y Ruedos, el vivo ojo de los encastados Saltillos del otro día en Madrid y el trapío prehistórico de esos Veraguas que se torean por Francia...

Casta y trapío...

CAMPOS Y TOROS



(España, Senegal, Texas)

(fotos: Campos y Ruedos, Kaparra, Mpaulda)

19 de mayo de 2010

SALTILLOS

Nº 12, Orquesano, cárdeno bragado, 518, 11/06
Ganadería Joaquín Moreno de Silva

"El 5º, duro como el pedernal, entró de vuelta a los corrales con la boca cerrada después de siete entradas al caballo (con dos puyazos, uno de ellos fortísimo; en el resto se escupió), una estocada honda atravesada, un pinchazo hondo y una media" (Estrapicurciela)


"Yo soy como los toros de Saltillo, que, cuando me llega la sangre a la pezuña, embisto con más fuerza"


9 de mayo de 2010

INTOCABLES



(INTOCABLES)

Leyendo El País (Elorza, Monsterín) me he dado cuenta que España ya no es torista ni dice ole. España ha llegado al jainismo vía la razón, si esto es posible. Ahora todos exclamemos liberados: ¡Ahimsa!

Brahma nos coja confesados, a partir de este día, todos intocables: toros, pobres, mosquitos y por supuesto: tu novia. Prohibido besarse en la calle, como en la India.

Importaremos relaciones solidarias, españoles, y las cumpliréis como los gitanos bajo el reinado del gran Carlos III: abandonad vuestra forma de vestir, no uséis vuestra lengua en público y como vea que le tocáis un pelo a una vaca os quemo en una hoguera con vuestra mujer...

Ha llegado un nuevo día







(Y REMATE FINAL:

"Según mis propias observaciones, podría decir que es posible dividir a las gentes en dos grandes grupos: los que, por hablar con el lenguaje propio de la psicología, se identifican con los animales, es decir, se ponen en su lugar, y los que se identifican con los seres humanos. Creo, por mi experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, los amigos incondicionales de los perros y de otros animales, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que quienes no se identifican espontáneamente con ellos."

Hemingway lleva otra vez razón: los santones europeos se preocupan más en justificar una filosofía que salva a las vacas que criticarla por sacrificar a los hombres... así está el patio)

4 de mayo de 2010

PECIOS DEL DILUVIO


"Orejas, triunfalismo, puertas grandes... El planeta de los toros no quiere saber más".

Bajo el diluvio, Don Joaquín recitaba letanías, haikus, pecios taurinos... restos del naufragio...

... Y nos repetimos, y en el naufragio recordamos la figura del aficionado:

"Alguien que se mantiene trepando a lo alto del mástil de un barco que se hunde y desde allí lanza una señal de rescate"

3 de mayo de 2010

LA POSICIÓN


"Tras haber asistido a algunas corridas lo suficiente para entender de qué se trata, si los toros empiezan a significar algo para usted, tarde o temprano se verá obligado a mantener una posición definida en relación con ellos. O le gustan a usted los verdaderos toros, la verdadera lidia, y espera que se formen buenos toreros que sepan lidiar, como sabe hacerlo, por ejemplo, Marcial Lalanda, o que aparezca un buen torero que se pueda permitir el romper todas las reglas, como las rompió Belmonte; o bien acepta usted la fiesta en su estado actual, se hace usted amigo de los toreros, conoce su punto de vista -hay siempre en la vida buenas y válidas excusas para todas las debilidades-, se pone usted en su lugar, echa a los toros la culpa de los desastres y aguarda a que salga el toro que ellos quieren ver salir al ruedo. En cuanto usted haya hecho todo esto, se hará tan culpable como todos los que viven de la lidia arruinándola, y será usted todavía más culpable que ellos, porque paga para arruinarla. Muy bien, pero ¿qué se puede hacer?, me dirá. ¿Quedarse al margen? ¿No ir a los toros? Se puede uno quedar al margen, pero sería como escupir al cielo. Mientras la fiesta le inspire algún placer, tiene usted derecho a asistir. Puede usted protestar, puede usted hablar, puede usted convencer a los otros de su imbecilidad, aunque todo sea inútil, si bien las protestas sean necesarias y útiles a su debido tiempo en el ruedo. Pero hay otra cosa que también puede hacer, y es distinguir lo que está bien de lo que está mal, saber juzgar lo que es nuevo, sin dejar que nada turbe sus criterios de valor. Puede seguir asistiendo a las corridas, aunque sean malas, siempre que no aplauda lo que no es bueno. Porque, como espectador, tiene el deber de mostrar que aprecia las cosas buenas y valiosas, aun reducidas a lo esencial y desprovistas de brillo. Debe apreciar el trabajo bien hecho y la manera correcta de entrar a matar a un toro con el que es imposible hacer un trabajo más lucido. Porque un torero no será durante mucho tiempo mejor que su público. Si el público prefiere los trucos a la sinceridad, el torero hará trucos. Para que un espada realmente bueno siga siendo honrado, sincero, sin trucos ni engaños, necesita contar con un núcleo de espectadores para los que pueda trabajar. Y si esto suena un poco como un programa de "esfuerzo cristiano", añadiré que creo firmemente en el lanzamiento de almohadillas de cualquier tamaño, de mendrugos de pan, de naranjas, de patatas, de animalitos muertos de todas clases, incluso de pescado podrido y, si es necesario, de botellas, siempre que no se arrojen a la cabeza de los toreros, y hasta justifico, en ocasiones, el incendio de la plaza, si una protesta hecha en forma correcta no ha tenido efecto". Ernest Hemingway.

(Se reían del guiri, a lo mejor eran risas nerviosas, pero los buitres taurinos y sus graznidos lograron silenciar sus palabras. Mientras, algunos, seguimos con él en el programa de "esfuerzo cristiano"...)