22 de abril de 2009

SIN COMPLEJOS





Ahora que los "modernos", los "evolucionados", se preguntan por qué hacer tanta sangre a un toro en la suerte de varas, es bueno recordar las palabras de un aficionado "sin complejos" como Jeff Pledge:


"¿la corrida es sólo una carnicería?" Me parece más que evidente que, en la medida en que la corrida comienza con un toro vivo y termina con carne lista para el consumo, sí, la corrida es completamente una carnicería. Pero esto, no es más innoble que el proceso semejante que se efectúa en todas nuestras ciudades cada día laborable. Mi padre era carnicero. Nunca he tenido verguenza de su profesión. Pero la carne es en la tauromaquia sólo un subproducto. La corrida ofrece otras cosas más. Ciertamente no es sólo una carnicería".

Pero muchos de aficionados consideran que (...) la corrida (...) es sobre todo (...) un arte.

Es posiblemente un modo para ellos de ascender el nivel de la actividad a la cual son aficionados, de darle dignidad. Para el espíritu moderno, el arte es sagrado, por encima de toda crítica. Cualquier cosa parece ser justificado si se puede colocarle la etiqueta de arte, hasta las cosas aparentemente más raras. En este sentido, el arte reemplazó hasta cierto punto la religión (...)

Esta concepción está también en la raíz de una cierta deriva. La elevación del arte, y del artista, por encima de la moral, considerar que todo es legítimo y justificado por esta denominación de arte, sirve para hacer perdonar infracciones flagrantes de la ética profesional más elemental. Desde hace doscientos años, vemos al artista, y él mismo se ve posiblemente, como gran héroe solitario de la epopeya humana. El estrellato está por todas partes en nuestra sociedad. De hecho, buscamos a héroes, y estamos dispuestos a olvidar bastantes defectos entre los candidatos a este estatuto. Hay unos toreros en ejercicio que, si fueran abogados o dentistas, serían rápidamente despedidos.

En conjunto, encuentro que no es seguro que la corrida constituya un arte. Puede tener el arte dentro - manifiestamente ciertos toreros torean de modo más bello que otros - pero en su esencia es cualquier cosa de diferente, muy por encima del nivel del arte más simple. Sobre todo porque no se trata de una representación de otra cosa, como el arte contado (novela, teatro) o el pictórico. Como el torero en el albero le dijo al comediante en las gradas, aquí morimos de veras.

Para mí, la corrida es más bien única en su género. El toreo es simbólico de toda la vida humana. Querría conocer más fenómenos de esta envergadura. Conozco sólo el amor y el sexo, el beber y el comer, que también puedan estar impregnados de arte, pero que van lejos más allá del arte, hacia el cielo (Copérnico), y que están también por debajo del arte, formando parte de la vida diaria (Vesalio)".

FORMAL









Nº 49, Formal, negro listón, 630 Kg, 12/04
de Celestino Cuadri

(Esta es una breve historia del toro Formal, un toro malgastado de la ganadería de Celestino Cuadri. Criado en Comeuñas, Huelva, fue elegido para demostrar su bravura en una corrida concurso en Madrí. "Tremendo de trapio, grande y hondo" dicen los aficionados. "De los que ya no se ven" dicen otros. Cuentan que sembró el terror en el ruedo nada más pisarlo, ganado terrenos y poniendo en apuros, con el culo contra las tablas, a los lidiadores. Luego, en el caballo, se arrancó de lejos, con fijeza y poder, casi derribando al picador, que marró el puyazo, para, a continuación, ser masacrado en otras dos varas en la paletilla. Salió suelto, ¡cómo para no! y fue desarrollando sentido. No le hicieron las cosas bien y se le ejecutó a paso de banderillas tras una inexistente faena. Algunos le dedicamos unas palmas en el arrastre)

(Va por ti)

30 vs 20

La tarde de la encerrona con los Tufillos de las figuras: 30 caidas 30. Esta es la moderna y artística tauromaquia que anuncia Mundotoro en los medios.


La tarde de la concurso con los Santa Coloma: 20 puyazos 20. Esta es la rancia y brava tauromaquia que predican los aficionados caducos por los tendidos.


Fotos: Manon

21 de abril de 2009

VESALIO Y COPÉRNICO EN LOS TOROS




(Escaleras del Vaticano, aula de anatomía en el Palazzo Bo de Padova, Vesalio y la lección de anatomía del Doctor Pulp... desentrañando la lidia)

Llegué a Las Ventas con el Legionario y Paul (fabricante de pasquines en Mea Shearim para el Neturei Karta), buscando la casta Santa Coloma y la disección de la bravura. Sentado al sol rodeado de lo que queda de la afición de Madrí, y de americanos, chinos y albanokosovares varios, fui cayendo lentamente en espiral, toro a toro, como por una escalera de Bramante mental, hasta convertir el ruedo en un enorme Palazzo Bo de Padova donde en vez de diseccionarse cadáveres se diseccionaba el comportamiento y anatomía de cada astado. La gente a mi alrededor tomaba notas, comentaban por lo bajini, observaban atentamente, gritaban correcciones... un ambiente parecido al que rodea a Vesalio en el grabado de la portada de su "De humanis corporis fabrica" o al del cuadro de Rembrandt "La lección de anatomía del Doctor Pulp" (otros verán a Hogarth y sus primera y cuarta etapas de la crueldad). Aficionados intentando desentrañar algo de verdad en un toro con instrumental vario a través de las incisiones de un sabio en la cuestión... y la vara como bisturí. (Tema aparte es que en Las Ventas no se encontrara por ningún lado algo parecido a un Vesalio o un Dr Pulp y pusieran a dar la lección a gente en prácticas, o completos incompetentes, que fomentaron la confusión e imposibilitaron sacar conclusión alguna).
En esto estaba, desentrañando, y a "Comadrón" le iban a poner el sexto puyazo. Uno detrás dijo: "no van a dejar nada para la muleta... esto no tiene sentido". No pensé en ello hasta que Millán se puso a dar pases y zapatillazos, no torear, con él y el toro dando vueltas. Entonces volví a Padova haciendo elipsis ascendentes. Esta vez con Copérnico, que paso por sus aulas antes que Vesalio buscando la verdad, pero no en el interior de los cuerpos, sino en el cielo y los astros. La muleta es como el astrolabio y el cuadrante copernicanos para cierto tipo de aficionado, el mayoritario. Es donde encuentran su verdad en la plaza. Es donde escuchan la música de las esferas celestes del universo, la música callada del toreo. Calculan la colocación del torero, la estrella, en el ruedo y miden los ángulos de la altura y velocidad de los pases. El toro es un satélite del torero, que es centro del universo de esta parte de la afición. De ahí vienen esos circulares interminables con bóvidos gravitatorios que iluminan públicos varios...
Toda esta ensoñación se cortó como la leche con alcohol en un estomago con el Pablo Mayoral que cerraba plaza derribando caballos y sembrando el terror en el ruedo. A mi lado Antonio Ordóñez (en serio, no es broma) sonreía. Estos "mansos encastados" (el Legionario dice al escuchar esto: "Mi no comprender"), a lo Dolores Aguirre, que leen a Marcuse, me resultan interesantísimos, no lo puedo evitar, y con ellos sé que es imposible escuchar las esferas celestes del universo, no como con los que puedes tener en el cuarto de baño de casa...
Dicen los copernicanos que la corrida fue un petardo. No dudo que pudo ser mejor. Pero a mi me confirmó en que aula, el quirófano no el planetario, es donde estoy matriculado.



(Copérnico mirando al cielo y su sistema: el torero en el centro, los toros alrededor)

13 de abril de 2009

CALAVEREANDO

(La tauromaquia está en los huesos y no tiene pinta de resurrectar)





(Sólo queda rezar)

10 de abril de 2009

DE CAJÓN

(Joselito expuesto en su casa de Madrid)

Estaba divagando con el sr Kaparra sobre toreros y cantamañanas, sobre lo difícil que lo tienen algunos y lo fácil que se lo ponen a otros, sobre los mínimos a exigir para llamar a un animal con cuernos Toro Bravo y los máximos a exigir a la figura de turno para considerarla tal, cuando me he chocado con un link en La Brega de Orthez (otro de esos sitios que me hacen desear aprender francés) que me redireccionaba a una entrevista al Fundi sobre una polémica allende nuestras fronteras. Las palabras del torero más CABAL del escalafón son de mucho interés, El Fundi dice cosas de cajón... hecho novedoso en este planeta de los toros que le convierte a mis ojos, tal es mi sorpresa, en un verdadero revolucionario casi mesiánico (este sí).

Sus palabras:
(extracto)

"Para matar las corridas duras siempre se ha dicho que toro grande, billete pequeño. Y yo con eso no estoy de acuerdo. Yo creo que sí mato el toro grande, el billete tiene que ser también grande".

"... se está acostumbrado a que los que matamos las corridas duras, las corridas fuertes, se nos pague menos, no sé por qué cuando tenía que ser todo lo contrario, y yo no estoy dispuesto a aceptarlo, no estoy dispuesto a que hagan conmigo lo que quieren".


(Moraleja)
(Sí tienes más posibilidades de acabar en el cajón, es de cajón cobrar más, aquí y en China... menos en Las Ventas, La Maestranza, Vistalegre, Arlés, Nimes...)

9 de abril de 2009

OFRENDA Y RUEGO


El día 6 de Abril recibí la noticia de las muertes de Chano Lobato y de Jeff Pledge.
(El día 7 fue mi cumpleaños)
Realicé una ofrenda por ellos dos que tanto me enseñaron y se lo merecían, luego rogué, aprovechando que era el día para ello, para ver sí así caía algo del cielo.
(Debía ser un secreto pero se lo cuento)
He rogado que el próximo día 23 el arte de Chano se cuele dentro de Morante, en sus muñecas, y consiga que su capote manchado en sangre levante esencias de manzanilla.
He rogado que esa tarde del día 23 la casta de Jeff haga hervir de bravura la sangre de los grises de Victorino hasta derribar varias veces a los picadores sobre el albero.
(Así están las cosas)

6 de abril de 2009

LO KITSCH



(Un bodrio de López Canito, uno que por mucho que se vista de Armani no va a dejar de ser un casposo y tres malhechores)

(Leo al sr Ludo en francés hablando del "duende", de lo que queda de él... una esencia adulterada lo llama, algo muy diferente de lo que algún día pudo llegar a pensar Lorca... adulterada hasta llegar a ser puro kitsch (que es lo que son el 90% de las corridas), o eso creo yo, puros despojos de lo que es la tauromaquia. Para entender esta impresión mía no hay nada mejor como leer estos dos párrafos, uno de Umberto Eco, el otro de Hermann Broch, uno más tolerante (arte de segunda), el otro más intransigente (mal ético y estético), que vienen a continuación)

"Según algunos, la palabra kitsch se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cuando los turistas americanos en Munich querían comprar un cuadro barato y pedían un esbozo (sketch). De ahí procedería el término para indicar vulgar pacotilla para compradores deseosos de experiencias estéticas fáciles. No obstante, en dialecto mecklemburgués existía ya el verbo kitschen, que significaba "recoger barro en la calle". Otra acepción del mismo verbo sería también "trucar muebles para hacerlos aparecer antiguos", y existe el verbo verkitschen que significa "vender a bajo precio". Ahora bien, ¿quién considera que algo es de pacotilla? La "alta" cultura considera kitsch los enanitos de jardín, las estatuillas devocionales, los falsos canales venecianos del casino de Las Vegas, el falso grutesco del famoso Madonna Inn californiano, que pretende proporcionar una experiencia "estética" excepcional al turista (Paréntesis aclaratorio mío: La "alta" cultura taurina son Joaquín Vidal y Navalón, y lo kitsch son las corridas con semitoros inválidos de ganaderías de sangre borracha, asesinadas por señoritos torerillos chuleta ventajistas guaperas, organizadas por trileros empresarios casposos con gomina y amparadas por toda esa casta de ladrones incompetentes que se hacen llamar "políticos"). (...) aquellos a quienes les gusta el kitsch creen estar gozando de una experiencia cualitativamente elevada. Podría decirse que existe un arte para incultos del mismo modo que existe un arte para los cultos, y que hay que respetar las diferencias entre estos dos "gustos" igual que se respetan las diferencias de creencias religiosas, o las preferencias sexuales. Pero mientras quienes cultivan un arte "culto" encuentran kitsch en lo "kitsch", los que cultivan lo kitsch (excepto frente a obras destinadas precisamente a "sorprender al burgués") no encuentran despreciable el gran arte de los museos (que, por otra parte, a menudo exponen obras que la sensibilidad culta considera kitsch). Es más, consideran que las obras kitsch son "semejantes" a las del gran arte. (...) Lo kitsch pone en evidencia las reacciones que la obra ha de provocar, y elige como objetivo de su propia operación la reacción emotiva del consumidor. (...) De modo que si el término kitsch tiene un sentido no es porque designe un arte que tiende a suscitar efectos, porque en muchos casos el arte también se propone este objetivo, ni un arte que utilice recursos aparecidos en otro contexto, porque esto puede suceder sin la necesidad de caer en el mal gusto: "Kitsch es la obra que, para lograr que se justifique su función estimuladora de efectos, se pavonea con los despojos de otras experiencias, y se vende como arte sin reservas". Umberto Eco.

"La esencia de lo kitsch consiste en el cambio de la categoría ética por la categoría estética; esto obliga al artista a hacer no un "buen" trabajo sino un "bello" trabajo; lo que le importa es el efecto bello". (...) Esta satisfacción de los impulsos obtenida por medios finitos y racionales, esta emocionalización de lo finito hasta el infinito, este tender a lo "bello" otorga a lo kitsch una nota de falsedad detrás de la que se intuye el "mal" ético (...) El que produce kitsch no produce un arte mediocre, no es un artista dotado de facultades creadoras inferiores o incluso nulas. El productor de kitsch no puede ser valorado con criterios estéticos, sino que ha de ser juzgado simplemente como un ser abyecto, como un malhechor que busca el mal desde la raíz. Y puesto que lo que se manifiesta en lo kitsch es el mal radical, ese mal en sí que está en relación con cualquier sistema de valores, como polo negativo absoluto, lo kitsch ha de ser confirmado como un mal no sólo para el arte sino para cualquier sistema de valores que no sea sistema de imitación. Quien trabaja para lograr el efecto bello, quien no busca otra cosa que la satisfacción de los afectos que hace que le parezca "bello" el instante en que exhala el suspiro de alivio, el esteta radical, en definitiva, se considera autorizado a utilizar, y utiliza en efecto sin freno alguno cualquier medio con tal de llegar a la producción de ese tipo de belleza. He aquí la elefantiasis de lo kitsch: espectáculo escenificado por Nerón en sus jardines imperiales con los fuegos artificiales de los cuerpos ardiendo de los cristianos para poder cantar la escena con su laúd (y no es casual que la vocación fundamental de Nerón fuera la de histrión).
Todos los períodos históricos en que los valores sufren un proceso de disolución son períodos de extraordinario florecimiento de lo kitsch. La fase terminal del Imperio Romano produjo kitsch y la época actual, que se encuentra al término del proceso disolutivo de la concepción del mundo medieval, solo puede ser representada también por el mal estético. Las épocas caracterizadas por una pérdida definitiva de valores se apoyan de hecho sobre el mal y sobre la angustia por el mal, y un arte que pretenda ser su expresión adecuada ha de ser también expresión del mal que actúa en ellas". Hermann Broch.

3 de abril de 2009

UNA EDUCACIÓN

(Goya y Rembrandt)


Bernhard habla del torero (yo creo se trata del peón al recibir el toro) que “ cobarde, se esconde al primer ataque. (...) una imagen (...) que acaba de manera horrible.

La belleza tiene su precio (...) cómo lo esta mirando, con una brutalidad que no se puede ni imaginar (...) más el hombre es (...) más feo/malo es (...) ahora llega la estocada fatal. Este es el instinto primordial del hombre que atraviesa a todas las clases sociales, a todos los hombres (...).

Esto es muy evidente; el hombre civilizado lo hace de manera escondida, pero lo hace bien. Esta es la manera primitiva, sediento de sangre, en el verdadero sentido de la palabra.

(...) mentiroso (...) una cosa extremamente elegante, pero también infernal; la corrida es un espectáculo ejemplar.

(Al final llegó la traducción de Bernhard vía Italia, pero ninguna alegría es completa en este mundo y el audio no permite una transcripción perfecta, taquigráfica, como a mí me gustaría. Nos quedamos con unos retazos que no desvelan el misterio en su totalidad, pero nos permiten intuir lo que llevó al austriaco a la plaza de Las Ventas. Bernhard, como Machado y tantos otros con mirada certera, ve en la corrida de toros algo muy serio: una representación de lo humano en toda su complejidad con todo lo infernal y divino que acarrea este pobre ser. Por eso lo considera "espectáculo ejemplar" sobre la vida y la muerte, la creación y la destrucción, la belleza y la repulsión. Una verdadera educación...

En otra entrevista, recopilada en su libro "El italiano", que dejo a continuación, Bernhard razona aspectos clave de su formación en la más tierna infancia (sí alguna vez la tuvo) que explican esta visión instructiva suya (y mía), para la vida, de la tauromaquia, de la carne, de la sangre y de la muerte)

(Educación)

... las primeras impresiones, el camino ya para inscribirme en la escuela primaria, en la primera clase... para mí pasaba junto a un carnicero, y junto a la puerta abierta, hachas, mazos, cuchillos en fila, muy bien ordenados, por un lado sanguinolentos, por otro relucientes y limpios, pistolas de sacrificar... luego el ruido de los caballos que se desploman de pronto, los vientres enormes que se abren, se derrumban, huesos, pus, sangre... luego, desde el carnicero, subir unos escalones hasta el cementerio, capilla ardiente, una tumba... todavía me acuerdo, ya el primer día de clase, el cadáver de un joven pálido en la capilla ardiente, hijo de un fabricante de quesos... y de las palpitaciones en el banco de la escuela... una maestra joven...

Mi abuela, que me llevaba siempre además -por las mañanas atravesaba yo el cementerio, por la tarde me llevaba ella al deposito de cadáveres-, me levantaba en alto y me decía: "Mira, otra vez una mujer". Nada más que muertos... Y eso tiene cierta importancia para cualquiera, y de eso se pueden sacar conclusiones sobre todas las cosas.


(Bernhard)

2 de abril de 2009

CANTÓ LA GALLINA

(El Gallo tentando y con la cuadrilla)

El Gallo al final salió gallina. Mucho más valiente que yo, pero no lo suficiente para ser torero. Leo en La Gaceta de los toros que Martínez Uranga tras dejar de apoderarlo le cierra las puertas y lo deja fuera de los carteles de San Isidro. Algo normal después de sus reiterados fracasos (cuatro años a dos tardes aguantándolo), pero para el chico es una tragedia, "es su única opción, su única escapatoria para salir del olvido". Pero ahora es cuando viene lo bueno, escribe Javier Lozano: "No es de recibo que a Gallo le ninguneen como lo han hecho, ni que tampoco a la hora de la negociación le tiren con las corridas de José Escolar o Cebada Gago como única posibilidad...".
Gracias al libre albedrío eso de la única opción, la única posibilidad, la única escapatoria sabemos que es un cuento. Podemos elegir, aunque a veces no queramos. Somos responsables. El Gallo también es responsable de todo lo que le está sucediendo, y por lo que se ve, no se da cuenta de que tiene elección... y la está tomando. No quiere ser torero. Él quiere ser figura y eso significa torear esas "ganaderías menos exigentes que le permitan entrar en liza con las figuras", frase extraída de una entrevista, llamada "Cara a cara con las más duras", del periódico del mismo día, unas paginas más adelante, a dos toreros por carácter: Javier Valverde y El Fundi, que nos da cuenta de la variedad de caminos que tiene Eduardo ante sí para ganarse el respeto de todos y de sí mismo o para demostrar cuanta cara tiene... y dura, además. Toda esta situación parece ser arquetípica. Vivimos en la parodia. Un verdadero Carnaval del Toro* donde todo está descoyuntado, donde todos han cambiado su puesto. El toro es débil, el torero acobardado, las figuras torean lo menos exigente, las ganaderías integras son apestadas...

El mundo al revés



(*. Todo carnaval es de carácter provisional, excepcional, anormal... El carnaval empieza, pone en pie esa entidad grotesca... y termina. Tras el carnaval, un período de penitencia y ayuno nos reincorpora a lo habitual, a lo establecido... En este caso, Toros bravos, Toreros valientes, etcétera)