28 de diciembre de 2009

CONEJOS


Anoche. Lloviendo. Por el subsuelo madrileño. Con el Legionario. En su carro. Somos un sentimiento. Una canción. De Burial. Lloro. Es un decir. Pobre afición. Él fuma. Tanto atropello. Él en silencio. Todos los días. Sigue escuchando. El presidente afeita. Él me mira. El nuevo comentarista afeita. Suelta una nube. Tanto atropello... y nos quedamos como conejos delante de unos focos... Parados. Mira, dice. Un mendigo. Camina solo hablando solo ¿Con Dios? Entre coches. Frena. Baja la ventanilla. A su lado. Lo señala. Como nosotros, dice. Más humo. Como la afición. Cristales empañados. Solos. Nadie escucha. Nadie mira. Esperando el golpe de gracia. Ahora callo yo. Acelera. Nos perdemos.

(Hoy he visto este video. Un deseo para el nuevo año. A lo mejor el conejo se convierte en piedra...)

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