UNDERGROUND - THE TRUTH

Les voy a decir la verdad; yo el mismo día que toreaba JT salí volando de España. Mi apoderado vino a verme por la mañana y me dijo que tenía asientos de pista para el primer partido de las finales de la NBA (somos gente con posibles... pero no digna de darnos a conocer). Hice mi maleta a toda prisa y salimos para el aeropuerto. Ya en el avión cada uno encendió su iBook y nos entretuvimos cada uno en lo suyo. Él se dedicó a ver "The Wire" y "The Corner"... Rollo Bmore (65% población negra, tasa más alta de homicidios de USA). Yo me dediqué a Thelonious Monk y al documental "Straight no chaser", realizado por Clint Eastwood hace ya unos años... Vean el comienzo del video: su forma de atacar las teclas en "Rhythm-a-ning", percusíva, sincopada, con esos abruptos silencios en medio, esas armonías disonantes, esos angulosos giros melódicos... Thelonious no era un ortodoxo (aviso: el jazz y los toros no tienen nada que ver en cuanto a la importancia de los cánones), pero era verdadero, un genio de la improvisación... complicado de escuchar, considerado "demasiado difícil" para el gran público y apreciado casi exclusivamente por sus compañeros y los críticos... Una especie de Rafael Ortega... (Entonces me vino a la cabeza la definición que me hizo mi amigo MON sobre lo "underground" en cultura. Yo andaba renegando de ese concepto, que me parecía manido y falso, cuando él me dijo "A ver, a ti desde chico no te ha gustado lo que le gustaba a la mayoría... Eso es ser "underground", o llámalo como quieras...". Es algo que no puedo negar, todavía ando dándole vueltas).


En medio del Atlántico nos llegaron las noticias del triunfo. Justo entonces me entró todo el sopor del mundo y pude conciliar el sueño. A mi apoderado (una versión extremeña del abogado samoano de Hunter Thompson) sin embargo le entraron unas nauseas y arcadas que acabó por vomitar hasta la primera papilla.


Ya en el "país de los valientes y los libres" descansamos en el Plaza y nos preparamos para la ocasión: trajes de Caraceni (Roma) y Anderson & Sheppard (Savile Row, Londres). Por supuesto yo el romano y mí apoderado el inglés (aunque yo sea criado en Inglaterra y él romano de Mérida). Decidimos pasar de alquilar coche o limo, optamos por un taxi de lo más normal, amarillo y todo, conducido por un bostoniano de pura cepa, un O'Rourke de los O'Rourke de Slygo. Le dimos un plus y nos permitió fumar unos puros de camino al Garden mientras rajaba sin compasión sobre California y los angelinos...


Para poner en situación a los que no saben de baloncesto: Los dos titanes de la NBA históricamente han sido Los Angeles Lakers y los Boston Celtics. La rivalidad entre los Lakers y los Celtics viene dada además porque son dos puntos opuestos.
Los Lakers son de Los Angeles, California, una tierra donde abunda la gente rica, Hollywood, las estrellas de cine, las playas de Malibú... representan el dinero, el glamour. Una ciudad donde se valora el atractivo físico, la ostentación, el éxito.
Los Celtics son de Boston, Masschusets. Un estado de gente trabajadora, de fábricas, donde los obreros pasan muchas horas en el trabajo. Representan el espíritu, el sacrificio, la lucha y el orgullo en una ciudad fundada por irlandeses donde se valora el trabajo, la honradez y la cultura. (Harvard es la universidad de Boston)
Una de las señas de identidad de los Celtics: su uniforme y su escudo, que son los únicos de la NBA que nunca han cambiado: TRADICIÓN.
Una de las señas de identidad de los Lakers: las Cheerleaders, chicas impresionantes con mínima ropa y cuerpos esculturales. El uniforme de casa de los Lakers: el único de la NBA que no es blanco; es color oro. ESPECTÁCULO.


Magic Johnson y Larry Bird, las dos máximas estrellas de la NBA en los 80 y 2 de los mejores 5 jugadores de todos los tiempos, ayudaron a avivar esa rivalidad.
Magic representaba el show, el espectáculo, entrevistas a la prensa con la sonrisa en la cara y pases mirando a la grada, juego a base de imaginación y poderío atlético.
Bird representaba la superación y la lucha. Un blanco en una liga de superatletas negros que competía con ellos a base de talento y trabajo, supliendo con inteligencia su falta de físico...


Hoy en día todo sigue más o menos igual, como resume El País: "Dicen que Gasol y Kobe Bryant son el baloncesto moderno, brillante y simpático, como la mantequilla de cacahuete; y que, por el contrario, los Garnett y Pierce son el baloncesto hosco, enjuto y eficaz".

No creo que tenga que decir que más bien soy anti-deporte profesional (nunca me gustó competir), pero la NBA, como me pilla tan lejos, la veo más como un espectáculo dónde observo diferentes maneras de ganar al rival... Por eso, no creo que les sorprenda si les digo que simpatizo más con la manera de hacer de la costa Este y por tanto con los Boston...


El nuevo Garden no es lo que era el antiguo, no puedes fumar en sus gradas y han contratado cheerleaders... Me entró nostalgia, me sentí viejo. Cada vez estoy más fuera de mí tiempo. Todas estas reflexiones acabaron en cuanto empezó el showbussiness... Explosiones, música revienta tímpanos, luces epilépticas... Ya saben como se las gastan los yankees, siempre a lo grande.


(Toda esta parrafada baloncestistica en un blog de toros viene a cuento por lo que hizo un jugador llamado Paul Pierce (y por escapar un poco de la Tomatina, digo Tomasina, que está cayendo), que me confirmó algunos de mis gustos y convicciones)


Los Lakers tienen tres grandes en el quinteto: Bryant (considerado el mejor jugador de baloncesto del mundo), Odom y Gasol (considerado el mejor jugador español de la historia). Por el lado de los Celtics están Garnett (el jefe), Allen (finísimo estilista, al que yo iba a ver) y Paul Pierce, "The Truth" (La Verdad).


¿Quién es Paul Pierce? Paul Pierce, curiosamente, nació el 13 de Octubre de 1977 en Los Angeles. Lleva desde el 98, su primer año como profesional, en los Celtics (cosa rarísima en el baloncesto americano); dónde seguramente le ha tocado vivir una de las peores épocas de la franquicia. Este año, con las incorporaciones de Garnett y Allen, ha tenido oportunidad de luchar por el título. El pasado día 5 era su primer partido de una final.


Nada más verlo y oirle dar voces en la cancha me dije: "Este es un jazzman, un Thelonious Monk... Underground". Allen y su manera de flotar cuando tira en suspensión dejaron de ser mi objetivo durante el partido. Empecé a seguir a Pierce y su manera dominadora de jugar al baloncesto.


El partido era a vida o muerte, duro y táctico... Entonces, en el tercer cuarto, apareció Pierce. Tras un choque fortuito sufrió un esguince en la rotula derecha. Se lo llevaron en volandas como a Frascuelo... Boston perdía por 58-62... La cosa se ponía chunga... Al minuto volvió cojeando del vestuario. El público rugió. Se dispuso a defender a Bryant. Le forzó una falta personal en ataque y anotó consecutivamente dos triples que hundieron a los Lakers. 13 puntos en el tercer cuarto para un total de 22. Porcentaje de tiro: 7 de 10. (Video resúmen de la faena)


En el otro bando, el considerado mejor jugador del mundo, Kobe Bryant hizo maravillosas canastas, pero el juego es el juego, falló tiros decisivos y no supo leer ni las defensas ni los ataques. Porcentaje de tiro: 9 de 26. Yo no dudo de que sea por capacidad el mejor jugador del mundo, ya lo ha demostrado unas cuantas veces, pero el otro día Paul Pierce le enseñó LA VERDAD DEL JUEGO. ¿Y por qué digo esto? esto lo digo por una anécdota de Shaquille O'Neal, uno de los pivots más dominadores de la historia de la NBA y antiguo compañero de Bryant, hace ya unos cuantos años tras ver jugar a Paul Pierce le dijo a un periodista... "Take this down. My name is Shaquille O'Neal and Paul Pierce is the motherfucking truth. Quote me on that and don't take nothing out. I knew he could play, but I didn't know he could play like this. Paul Pierce is the truth." ("Apunta esto. Mi nombre es Shaquille O'Neal y Paul Pierce es la jodida verdad. Cítame esto y no quites nada. Yo sabía que él podía jugar, pero no sabía que podía jugar así. Paul Pierce es LA VERDAD").

A la vuelta, en el avión a España quiero decir, mi apoderado cayó dormido en seguida. Yo también. La demostración de Paul Pierce me había dejado tranquilo, de acuerdo con una serie de conceptos que habían sido puestos en duda por mucha gente los últimos días. Pero tras este viaje se me habían mostrado, de manera clara, que toda estética tiene su ética... O que por lo menos yo pienso así... Y que mi ética o estética pueden estar pasadas de moda o ser minoritarias... pero son las mías y creo en ellas cada día más. Por mucha fuerza que tenga la marea...