Yo, como padre de Búfalo, le decía a los que me rodeaban: ¡A ver si os enteráis de lo que estáis viendo, esto no lo vais a volver a ver en vuestra puta vida! Eso era que Morante hizo lo que se esperaba de él y casi nunca sucede. Lidió y mató un toro a su manera. Y eso sí que es lo más importante. Su manera. Darle importancia a un toro de Nuñez del Cuvillo gracias a una sensación de fragilidad que emana de él como torero viejo y detalles en su faena que son "pases, lances capaces de recordarnos aquello que alguna vez fue el toreo" (o por lo menos parte de él)... Una combinación que estéticamente, en el mundo de las corridas comerciales, es como cerámica sevillana entre tupperwares.
Por muchos derechazos que dé, el ballet de Manzanares me hace preguntarme: ¿Qué hago aquí? (ahhh sí, a ver sí se aparecía Morante).
A David Mora no le podrán llamar "tosco", como a tantos de las "duras" que fracasan ante las "blandas". De todos modos, aunque estuvo bien y todo eso, nos gustaría hacer la prueba a la inversa con sus dos compañeros de cartel.
Grandes con las banderillas los de plata...
Aunque sean los mejores Cuvis que he visto, aplaudirlos es aplaudir la muerte de la fiesta brava: 2 puyazos y 11 picotazos.
1 comentario:
nuevo milagro del papa?
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