Todo esto de la vuelta de José Tomás me recuerda esa frase de el Señor Lobo en Pulp Fiction: "No nos chupemos las pollas todavía".
Para el que no haya visto la pelicula, la frase viene a cuento porque la dice para cortar las celebraciones de los protagonistas ante las perspectivas de salir de un "marrón", al igual que la fiesta en estos días. Hay que ser prudentes, hay que hacer caso al señor Lobo.
Esta frialdad ante el júbilo por la vuelta del mito puede ser porque soy un poco maniático, no lo puedo negar. Le tengo manía a las campañas de Prisa, a las manoletinas, a las 7 orejas por corrida, a Cayetano y a su hermano en Marbella picando un toro, a ICV, a Joaquín Sabina, a Finito y a muchas cosas más, como la cara de Aznar, el karaoke, la comida china o la cara de Zapatero... Soy un maniatico, vamos.
No lo puedo evitar, el otro día por ejemplo, con el reportaje del País Semanal, que curiosamente ha dedicado sus últimas dos portadas taurinas a dos de los protagonistas de ayer, se me pusieron los pelos de punta. Esa baba de Almudena Grandes (antigua fan de Finito de Cordoba), ese Sabina de compadreo (ahora de gira "todo por la pasta" con Serrat, apoderados por la gran plataforma de la pseudo-izquierda...de la otra plataforma ni hablo), ese tufillo barato a merchandising (mejor dicho, a mercadilleo) con camiseta del Che y trajes de Armani, que ya era pura peste en el pasado reportaje de Cayetano, que de andar realizando charlotadas con su hermano por la Costa del Sol, se convierte en heredero de su abuelo nada más juntarse con JT. Todo eso es mierda que no tiene que ver nada con la Tauromaquia.
Como las manoletinas, a las manoletinas también les tengo manía, porque nunca me gustaron y los viejos de la tasca luego me enseñaron que son de circo, como el que había montado ayer en La Monumental, con payasos fuera y público de EuroDisney dentro... 7 orejas, por Dios. Y nadie habla de bajonazos, ni de la suerte de varas, ni de los toros, de eso nada...Con éste de eso no se acuerda nadie.
Mucho se habla de la resurrección y la gente se olvida de que el único Dios de esta fiesta es el toro...
Es el precio que tenemos que pagar por un poco de quietud, toreria y valor...
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