Estaba zanganeando cuando La Virgen vino a verme y me dijo que me pusiera camino al norte y la esperase allí. Hatillo al hombro atravesé el campo castellano y las montañas de Cantabria. Llegué a Torrelavega donde paré. Sus catedrales son viejas factorías que apestan. Chimeneas por campanarios.
Vino volando. Como siempre menos la primera vez. Esa vez vino por tierra. Yo estaba ansioso. La besé nada más verla. Siempre creo que me quedo corto. ¿Sería intimidado por la enorme pamela blanca? El chofer esperaba fuera. Nos llevo al socaire...
Días pasaron dedicados a adorarla. Al principio hasta con demasiada devoción. Luego como Dios manda. Ella me llevó al mar abierto y me hizo lavarme de mis cargas. Después me beso y volvió por donde había venido volando. No me había dejado ningún mensaje.
Salí de la ermita que habíamos alquilado para nuestros ejercicios espirituales (y no tan espirituales), compré el periódico y me puse a leerlo al sol. Llegué a la información taurina y entonces lo ví delante mío. Estaba siendo la feria de Santiago en Santander... ¿y ella no me había dicho nada? Ahí estaba la señal. Ella no quería que yo tuviera nada que ver con lo sucedido allí a partir de su ida. Lo sucedido antes (La Quinta) no había podido ser. Lo siguiente (Fandi, Ponce, José Tomás, El Juli, Perera, El Pilar, El Puerto, Victoriano, Cuvillo...), al verlo, me hizo salir corriendo.
Fui campo a través instintivamente, sabía a donde me dirigía. Al "chiquero más antiguo de España" como lo llamo Alberti. A donde está lo que hizo que todo lo demás fuera decadencia según Picasso. ¿También los toros? Tenía que reflexionar. Un poco de soledad y oscuridad. Salté las vallas, atravesé enjambres de niños, engañé seguratas tirándoles unas salchichas, me arrastré por el suelo hasta introducirme allí. Los bufidos de las bestias eran ensordecedores. Avancé a oscuras hasta estar bajo ellos. Encendí el pequeño mechero y aparecieron ante mí. Altamira.
Serna y Mon, mi familia montañesa, que sabían donde me había refugiado a meditar, se encargaban de aprovisionarme de alimentos a partir de la primera noche. Bolsas llenas de mecheros, monguis y percebes. Con una mano mantenía encendido el mechero hasta que se acababa. Con la otra devoraba el marisco y los psilocibes como pipas. Las imágenes de los bisontes-toros se empezaron a mover y mezclar con mis recuerdos taurinos de esta temporada. Solo corridas duras (Palha, Dolores, Miura...). De esas con toros encastados. No de esas con toros con clase, como escucho que dicen por ahí. Mucho Fundi. Sevilla, Madrid, Pamplona. Poco de los demás...
Cuando salí estaba muy confuso, tal había sido el tropel de pensamientos que habían inundado mi cabeza como río que se desborda. High Water Everywhere. Intentaré ir recomponiendo lo pensado en sucesivos posts. Serna y Mon me esperaban fuera. Me arroparon con una manta y me llevaron hasta el autobús. Cuando llegué a mi tierra me dijo la mujer que había ido a mi lado que me había pasado todo el viaje durmiendo con los ojos abiertos.
4 comentarios:
Se le echaba mucho de menos MAESTRO...El título es genial y lo que viene a continuación, pues me faltan palabras...
un saludo
Pgmacias
Señor Pgmacias, muchas gracias por sus palabras... ya sabe el respeto y admiración que le tengo.
De todos modos, apuntarle que lo genial del titulo es de Alberti, y del resto del artículo... de los anónimos de Altamira...
Un saludo
Sol y Moscas
Vale MAESTRO, pero hay que conocerlo, ponerle el compás y comentarlo....todo ello al hilo de las cosas que están pasando
Un saludo
Pgmacias
Uno hace lo que puede, MAESTRO (usted sí)... Muchas gracias.
Un fuerte abrazo
Sol y Moscas
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