17 de febrero de 2009

Y TENDENCIAS 3 (EN LOS TOROS)



En el blog Torear ya visualizaron la bifurcación. Los dos caminos. Los carteles los anuncian. Ahora cada uno sabe por donde va. Hay indicaciones claras.

Uno marca dirección Sur, hacia la Costa del Sol, ese nuevo florido infierno pastel, y está pintado por un fan cutre de Murakami. Se va por una autopista a cuatro carriles igual a la Autobahn nazi. Un río de miseria. Al final te espera el desarrollismo con sus bloques de edificios repletos de habitáculos y lenguas de asfalto. Diversión asegurada para calmar las miles de bestias que lo habitan. Pan y circo. Mucho circo. Guapos payasos burlándose de los actos más nobles y seres majestuosos burlados mediante los más bajos actos.
(Se comenta que si Picasso hubiera asistido a la corrida hubiese pintado el Guernica al llegar a casa)

El otro va al Norte, a la Gascuña, y lo podría haber pintado y mejorado Bacon. Esos toros retorcidos, vivos, sobre fondo rojo. El camino es abrupto y solitario por carreteras secundarias o terciarias. Uno lentamente lo va haciendo. Al final te espera un pueblecito con sus humildes casas, de una sencillez alegre, con el frescor del campo impregnado en sus calles. Allí hay una Escuela Popular de Sabiduría Superior que ha organizado un evento. Una corrida de toros. Los hombres más nobles frente a los toros más bravos.
(Se comenta que si Picasso hubiera asistido a la corrida hubiese pintado una Tauromachie d'Aignan al llegar a casa)



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es interesante lo de "popular". Pensé yo hace poco que una diferencia entre los espectáculos (Fútbol, deportes en general, centros comerciales) y la Fiesta de los Toros es que los primeros convencen rápido a las Masas. Los Toros-no sé cómo lo veréis- son más Fiesta del Pueblo.
La Masa es algo indiferenciado, global en tanto puede haberla igualmente en EEUU que en España o Filipinas. El Pueblo lo pienso como una unidad más orgánica, con sus productos culturales propios. Sabéis bien que la incomprensión de esta Fiesta más allá de los círculos del Toro es total, repugna incluso. No cabe hacer "espectáculos taurinos" en EEUU o Finlandia; tampoco se puede aquí importar la figura del chamán que flipa a peyotazos.
La gran mentira en la que estamos instalados hoy es que los Toros pueden ser "un espectáculo más", tal y como Esplá advirtió el otro día en la Cope. Más allá de a los empresarios, esto no le puede interesar a nadie. Barcelona y el litoral catalán se fue al carajo haciendo de la Fiesta un negocio para guiris, y si Vitoria parece ahora renacer es porque se ha metido el ayuntamiento a arreglar el dislate.
No os cuento nada nuevo: ya sabéis que a los Toros no vamos "a divertirnos".
Desperdicios

sol y moscas dijo...

Decía Mairena: “Nosotros no pretenderíamos nunca educar a las masas. A las masas que las parta un rayo. Nos dirigimos al hombre, que es lo único que nos interesa; al hombre en todos los sentidos de la palabra; al hombre in genere y al hombre individual, al hombre esencial y al hombre empíricamente dado en circunstancias de lugar y tiempo, sin excluir al animal humano en sus relaciones con la naturaleza. Pero el hombre masa no existe para nosotros”

“Existe un hombre del pueblo que es, en España al menos, el hombre elemental y fundamental, y el que está más cerca del hombre universal y eterno. El hombre masa no existe; las masas humanas son una invención de la burguesía, una degradación de las muchedumbres de hombres, basada en la descualificación del hombre que pretende dejarle reducido a aquello que el hombre tiene de común con los objetos del mundo físico: la propiedad de ser medido con relación a unidad de volumen. Desconfiad del tópico “masas humanas”. Muchas gentes de buena fe, nuestros mejores amigos, lo emplean hoy, sin reparar en que el tópico proviene del campo enemigo: de la burguesía capitalista que explota al hombre y necesita degradarlo; algo también de la Iglesia, órgano de poder, que más de una vez se ha proclamado instituto supremo para la salvación de las masas”

un saludo

Anónimo dijo...

Está claro que me tengo que leer ya ese Juan de Mairena.
Saludos,
Desperdicios