"(...) los españoles están en permanente disposición adulatoria, tienen la adulación a flor de labios. Aquí las alabanzas corren desatadas por calles y callejas, trepan por las paredes de las casas, todos se celebran, todos se aplauden, se achuchan, se besuquean, pero la índole adulatoria se descubre en que la alabanza nunca es a la cosa, ni siquiera se fijan en la calidad, siempre es solo a la persona, porque su fin es halagar, realimentar la insaciable vanidad. En España no existen las cosas ni las acciones, de tanto como abultan las personas." Rafael Sánchez Ferlosio
Solo en un país con este estado de ánimo es comprensible el triunfo de los del G-10. Esos que tienen tanto glamour y arte delante del toro escombro como el muro ladrillo de arriba...
1 comentario:
Solymoscas, ¡no nos deje usted si la crónica de Miuras y Victorinos en Bilbao!
Desperdicios
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