Encontró al toro primordial cuando pastaba en las montañas. Lo agarró por los cuernos y lo montó, pero, en su galope salvaje, la bestia lo hizo desmontar. Sin embargo, Mitra siguió aferrado a sus cuernos, y el toro lo arrastró durante mucho tiempo, hasta que el animal quedó exhausto. El dios lo agarró entonces por sus patas traseras, y lo cargó sobre sus hombros. Lo llevó, vivo, soportando muchos padecimientos, hasta su cueva. Este viaje de Mitra con el toro sobre sus hombros se denomina transitus.
Cuando Mitra llegó a la cueva, un cuervo enviado por el Sol le avisó de que debía realizar el sacrificio, y el dios, sujetando al toro, le clavó el cuchillo en el flanco. De la columna vertebral del toro salió trigo, y vino de su sangre. Su semen, recogido y purificado por la luna, produjo animales útiles para el hombre. Llegaron entonces el perro, que se alimentó del grano, el escorpión, que aferró los testículos del toro con sus pinzas, y la serpiente.
La imagen central del mitraísmo es la tauroctonía, o Mitra Tauróctonos, que representa el sacrificio ritual por Mitra del toro sagrado. Esta representación tiene elementos iconográficos fijos: Mitra aparece tocado con un gorro frigio y mira a su víctima con compasión; en muchas representaciones, la cabeza de Mitra al tiempo del sacrificio del toro se gira hacia atrás como si cumpliese la inmolación a disgusto. Inclinado sobre el toro, lo degüella con un cuchillo sacrificial; de la herida del toro mana grano; junto al toro, figuran varios animales: un escorpión, que aprieta con sus pinzas los testículos del toro; una serpiente; un perro, que se alimenta del grano que brota de la herida; y un cuervo. A veces aparecen también un león y una copa.
Es probable que los introductores del mitraísmo en el Imperio Romano fueran los legionarios que habían servido a Roma en las fronteras orientales del Imperio. Para finales del siglo II el mitraísmo estaba ampliamente difundido en el ejército romano, así como entre burócratas, mercaderes y hasta entre los esclavos. La importancia otorgada al mitraismo en el Imperio romano viene dada por su abierta competencia con el cristinanismo y su condición de religión militar fuertemente implantada en las legiones, más que por el número de adeptos." Wikipedia.
"También hasta la Peninsula Ibérica llegó el mitraismo con el Imperio Romano. Emerita (Mérida) puede ser considerada la capital de la religión mitraica en la Peninsula. Capital de Lusitania, Mérida contó con un santuario consagrado a la divinidad torera del sol, posiblemente uno de los más importantes santuarios mitraicos del Imperio en cuanto a número de esculturas. Parece que el mitreum de Mérida estaba justamente situado debajo de la actual plaza de toros." Mariate Cobaleda.
(Dedicado a los miembros de la Asociación cultural El Cerro de San Albín, Mérida).
2 comentarios:
GRACIAS MAESTRO, por esta singular dedicatoria. Un fuerte abrazo desde los aledaños del "Cerro" en Emérita Augusta, donde algún día, junto al "legionario", espero podamos conocernos en persona.
Pgmacias
Un fuerte abrazo y descuide, que cuando sea será...
Aunque a lo mejor no es bueno que le vean con personas de nuestra "calaña"...
Un saludo.
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