6 de abril de 2010

LA PLEGARIA Y EL OJO DE LA TORMENTA

La plegaria en el ojo de la tormenta
(Arte)

Hoy, Vila Matas, en su relato para El País, describe un encuentro con un buen aficionado.
Aunque no lo diga, no hay lugar a dudas:

"La tormenta era fuerte y no había modo de encontrar taxi y acabé compartiendo uno con un desconocido -un joven con aire de poeta- al que dejé en un bar y luego continué camino. Durante el trayecto no paró de hablar. Sin haberse ni tan siquiera presentado, empezó diciéndome que en el mundo todo iba muy mal y que iría aún mucho peor en las siguientes semanas, meses y años. Todo fatal, apostilló. Y después no paró de pedirme opiniones. Qué pensaba sobre esto, sobre aquello, sobre la reciente reconstrucción del big bang original en Ginebra, sobre el retraso cultural español, sobre el movimiento aftergoogle, sobre la infinita estirpe de los necios y finalmente qué pensaba sobre un libro brillante y divertido que acaba de editarse, Elogio del pesimismo. Frenó unos segundos la intensidad de sus preguntas, pero sólo para poder regresar con más fuerza y decirme que el arte tenía algo que ver con lograr la quietud en medio del caos.

-La quietud intrínseca a la plegaria y también al ojo de la tormenta -concluyó rotundo".

(Coda: A los artistas. El arte no puede surgir nunca ante una predecible borrega invalida)

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