3 de octubre de 2011

EL MIEDO, OTRA ENCASTADA HISTORIA



Aviadorito, nº 102, Cárdeno, 04/06, 520 Kgr, Adolfo Martín


"Toda la nómina de sandeces que uno va escuchando a lo largo de la temporada se te vienen encima al ver salir a la arena blancuzca de Las Ventas a Aviadorito, número 102, con esos pitones asaltillados, con esa mirada hueca, con la seriedad de un Catedrático de hace un siglo. ¿Cómo es que esas grandes figuras no querrán ni ver a estos grandes oponentes?, nos preguntamos una vez más. Y la respuesta la hallamos en cuanto vemos el descalzaperros que monta Aviadorito con su sola presencia, el miedo que se palpa en el ambiente, la forma en que echa mano a José Mora y está con él tirándole derrotes y zarandeándole en el suelo y por el aire sin atender a los capotes. Porque Aviadorito infunde miedo y eso es algo tan poco cultural, tan fuera de esta Acrópolis que es la cúpula del toreo, que por ello no es extraño que ninguno de los abajofirmantes del trust quiera verse con nada que se le parezca.

A Aviadorito le pusieron cuatro veces al caballo y le dieron más que a toda la cabaña del Cuvillo en lo que va de año. Bueno, pues ni por ésas consiguieron que el bicho nos enseñase la lengua. Recatado él. Aviadorito era el toro de lidia. Lo que como mínimo debe ser el toro de lidia: un animal de casta que infunde respeto. Y luego, que sea manso o bravo es otra discusión, que si es bravo ya tocamos el cielo, pero que meta miedo y provoque respeto es lo mínimo que se debería pedir al toro para empezar a hablar." José Ramón Márquez

Otro gran toro que pisa Las Ventas este año (aquí los otros dos).

(Apendice: Con José Ramón Márquez, cierto tipo de aficionado apestado, habemus crítico taurino)

2 comentarios:

Paco Montesinos dijo...

A servidor le sucede lo mismo José Ramón Márquez se está convirtiendo en mi crítico de cabecera, necesito leer sus crónicas para saber en realidad que ha ocurrido en Las Ventas, todo un prodigio con las palabras como equanime aficionado a los toros, a los toros de verdad.
Un saludo.

sol y moscas dijo...

No sé si la realidad, pero por lo menos mí realidad sí. Una realidad en la que lo esencial es el toro. Un toro complicado, encastado y con trapío.

Un saludo