29 de septiembre de 2007

AD MAIOREM TAURUS GLORIAM




Para mí es un honor poner a su disposición el primer video de la Universidad Taurina El Chofre "Nusquam gravitas si illic est haud taurus" fundada el año 1999 en San Sebastián. Su reto y fundamento es cumplir su misión de servicio a la fiesta, a través de su servicio a la tauromaquia y a los cánones, evitando toda instrumentación del toro y su cultura.

Sus objetivos como Universidad taurina son una fiesta integra con un toro integro, desarrollandolos en un clima y con una dinámica de diálogo con aquellos agentes, tanto toreros, ganaderos, como aficionados y periodistas, de cuya cooperación dependen valores fundamentales como son los cánones, el trapío, el conocimiento y el respeto, que deben ser compartidos y compartibles por profesionales y no profesionales.

Su deseo como aficionados y como institución es aportar algo positivo a la construcción de una fiesta más justa, integra y verdadera, siguiendo la orientación de maestros como Alfonso Navalón y Joaquín Vidal.

El Chofre asume su condición de taurina en cuanto que fomenta la reflexión sobre esta en el debate cultural europeo. Asumiendo la independencia como motor de conocimiento.

Fanaticos seguidores de la verdad, son acusados de ser amargados, talibanes, chabacanos, rancios... Hasta de mentirosos y de fomentar con sus palabras el mal a la fiesta. Pero ellos, desde su pequeña sede, siguen erre con erre, derribando falsos idolos armados con la tradición, la razón y la palabra, la foto o el video como este.

27 de septiembre de 2007

LA PESTE ESPAÑOLA



"Mi única y humilde verdad es un odio insuperable a la estupidez y la banalidad... Pero la estupidez y la banalidad se enseñorean de España... Los caldos de cultivo de esta nueva peste nos los sirven los laboratorios del Grupo 1, Grupo 2 y Grupo 3, con las etiquetas de derecha, centro o izquierda".
"De mi pequeña experiencia personal, puedo decir que un hombre como yo, por insignificante que fuese, ha contraido méritos suficientes para haber sido despreciado por los unos y por los otros".
Esto son una deformación de las palabras pronunciadas por Manuel Chaves Nogales ante la estupidez española que bañó de sangre el país durante la funesta guerra civil. Ahora, en nuestra nación "light", con sus guerras "light", la estupidez y el maniqueismo siguen reinando en sus respectivos cuarteles generales.
Por eso creo que el verdadero aficionado taurino (un ser despreciado y anacrónico lleno de juicio crítico), sentirá nitidamente la peste a miasma que desprenden las tres opciones.

24 de septiembre de 2007

MOSCAS Y ALFILERES DE COLORES



Los dos pajaros que dan la coña con sus llenazos dignos de Operación Triunfo están hasta en la sopa. Son moscas en la sopa, no pajaros volando.
Serrat siempre tendrá un sitio en mi corazón...No voy a negar que tiene grandes canciones, pero desde hace mucho tiempo ha ido bajando la guardia. Ya no habla de los problemas de la sociedad ni nada por el estilo, sólo busca la complicidad generacional para sacar pasta a ese sentimiento cada vez más barato llamado nostalgia. Además, su mezcla de estilos, que se abría desde la chanson francesa hasta la copla y bolero, pasando por el jazz, daban un sonido al Mediterraneo. Ahora su música es un enorme "fardo de jazz-progresivo". Un fardo axfisiante y barato...
Al otro no lo he tragado en mi vida. Sabina es El Cordobes de la música española. Supongo que no tengo sentido del humor, porque nunca me ha hecho ni puta gracia. Fijo que me hubiera podido meter unas rayas e irme de putas con él (a lo mejor ni eso), pero lo que es aguantar un disco suyo... Ni de coña. El rollo que ha llevado siempre, de bala perdida y tío comprometido, es como mezclar aceite y agua en una sartén... En cuanto se juntan en su boca saltan y queman... Ahora va de payaso recuperado tras una vida de vicios, mal cantante pero buen letrista, amigo taranbana del progre responsable... Mi consejo es que publique un libro para payasos sin fronteras con toda la pasta que le está sacando a los incautos...
Todo esto se debe a que el otro día fuí al Liceo de Salamanca a ver a dos artistas taurinos de verdad. Diego Carrasco y Manuel Molina. Concierto organizado por Morante de la Puebla y Antonio Barrera. Flamenco y toros.
Allí nadie escondió su amor por los toros, de hecho, siempre estuvó presente durante la hora y poco más que duró la actuación (aunque era lo de menos)... Desde alfileres de colores (me acordé de usted, señor Papa Negro) y unos pases del señor Carrasco, hasta poemas recitados por Manuel Molina en plan místico a nuestro torero melancólico.
No fue el flamenco ortodoxo y rancio que a mi más me gusta, pero uno es un maestro del compás y de to el arte de Jerez, y el otro casí me hace llorar, como él lloró, cantando "Todo es de color" o "Un cuento para mi niño". El señor Manuel lo dio todo solo en el escenario. Casí más recital de poesia que cante, con su voz limitadísima saliendo del corazón, marcando el compás con el pie y breves rasgueos a la guitarra tocada como en los viejos tiempos... No necesitó nada más. Del señor Carrasco podemos afirmar que lo hace todo bien: cante, baile, toque... Tan bien, tan bien, que se hizo verdaderamente muy corto.
Se encendieron las luces y salí de allí confuso. ¿Por qué se habla tanto de unos y tan poco de otros? hasta en las paginas de toros se habla más de las moscas sobre la piel, que de las tripas de éste...
Bajando la escalera del teatro ví a Domingo Lopez Chaves, me entraron ganas de ir a desearle suerte para el día 7 en Madrid. No lo hice, le deje tranquilo. Además, yo no podré estar porque estaré en Roma de peregrinación. Tengo que ir a ver a mí Virgen a Mutolo. De ofrenda le llevaré un collar de moscas ensartadas en alfileres de colores.


19 de septiembre de 2007

EL JARDÍN Y LA CHINGADA

A veces pienso en la fiesta y veo a una bestia poderosa sangrando por la boca rodeada de enemigos hambrientos. La bestia se defiende con todas su fuerza, bravura y nobleza. Dejando cadaveres tras de sí. A su alrededor, en un jardín, los carroñeros esperan el momento adecuado... Ya queda poco... Disfrutemos de su belleza mientras se pueda...
Otras veces, veo a la fiesta intentando ser aniquilada por la modernidad, que la tiene bien agarrada por el cuello con sus dientes. Haciendo pinza, como un zepo inexorable. Pero la bestia, a traves de su recurso a lo más primario, su fuerza y poder sexual, chinga a esta al mismo tiempo, engendrando unos valores inseparables del animal ser humano... Bellos valores que no se podrán dejar atrás...

17 de septiembre de 2007

LA SALVACIÓN


Heidegger solía citar el lúcido verso de Hölderlin: "Donde está el peligro, allí surge también la salvación". Ahora bien, cuando el peligro no comparece, cuando uno se cree a salvo, la necesidad de salvación permanece oculta: donde no hay peligro, tampoco hay salvación. Y esto es quizá lo que sucede en la Lidia actual... Con estos toros y este toreo de hoy en día, Dios no da gloria y bienaventuranza eterna a "naide".
La cosa está clara: la salvación de la fiesta se reduce a un toro bravo integro frente a un toreo puro sin alivios. Lo demás son posmodernidades...
Por eso, ahora que se va, propongo una oración por el toreo de Cesar Rincón... Dios nos pille confesados cuando no esté.



14 de septiembre de 2007

ENTREMÉS DECONSTRUIDO EN 3 ACTOS CON UN POCO DE MALA BABA

- Primer Acto:

En el que el místico José Tomás reaparece en Salamanca tras sanar sus estigmas en un monasterio macedonio.




- Segundo Acto:

En el que las puertas del cielo se abren guardadas por los siete aficionados. Dejando pasar a miles de fieles que cantan sus alabanzas al becerro dorado, sacrificio por parte del Mesías en su holocausto a la fiesta.



- Tercer Acto:

En el que se observa como el ojo de la verdad ilumina el firmamento cuando ya los devotos han escampado. Mostrando lo negro que está todo y dejando a los siete aficionados solos como siempre.


13 de septiembre de 2007

EL TEATRO DE LA CRUELDAD


Antonin Artaud (1895 - 1948) es considerado uno de los grandes "escritores malditos" del siglo XX, sobre todo por ser el creador del "teatro de la crueldad", aquél que apuesta por el impacto violento en el espectador.
Su labor entre los hombres fue la de explorarse a sí mismo, una aterradora, obsesiva e implacable búsqueda de la verdad intrínseca que lo llevó a los estados más calamitosos de abandono vital, de debilidad y de autodestrucción.
Yo creo que a Artaud le hubieran gustado los toros. De hecho, leyendo sus manifiestos sobre teatro, encuentro muchos puntos en común: desde la forma del escenario, a los típos de vestidos, pasando por la falta de importancia del texto. Él buscaba un teatro que intentara producir una conexión del cuerpo sensible del actor con las fuerzas originarias de la especie... Todo esto, por medio de una transformación causada por acciones "crueles".
El concepto de crueldad como "camino de conocimiento" está en franco desuso en nuestra aseptica sociedad actual, tan alejada de lo relativo a la muerte, al dolor... tan virtual en todo... Por eso la tauromaquia es atacada: por real, por cruel. Y es que no podemos negar estas facetas de la fiesta. Ni queremos. Porque de ahí viene toda su grandeza, y toda su verdad. Verdad originaria.
Así, creo conveniente dejar aquí unos cuantos textos de Artaud sobre estos conceptos, esperando que en el fondo, sirvan para intentar esclarecer algo de la polémica sobre la crueldad de las corridas de toros y su porqué.

- "No podemos seguir prostituyendo la idea del teatro, que tiene un único valor: su relación atroz y mágica con la realidad y el peligro".

- "La crueldad es sobre todo necesidad y rigor. La decisión implacable e irreversible de transformar al hombre en un ser lúcido".

- "Sin un elemento de crueldad en la base de todo espectáculo, no es posible el teatro. En nuestro presente estado de degeneración, sólo por la piel puede entrarnos otra vez la metafísica en el espiritu".

- "Esa crueldad (...) se confunde pues con una especie de severa pureza moral que no teme pagar a la vida el precio que ella exige".

- "La crueldad consiste en descuajar por la sangre y hasta la sangre de Dios, a la contingencia animal de la inconsciente bestialidad humana en todos y cualquier sitio donde se encuentre".

12 de septiembre de 2007

EL TORO POSMODERNO


Picasso, como genio que era, se adelantaba a su tiempo. Por eso, para anunciar la modernidad, mostró de forma incansable, a traves de sus obras, el caracter ruinoso de esta, llegando a realizar una apología del escombro. En esto casi adopta una postura posmoderna (mucho antes de que esto existiera) que afirma que la esencia misma del arte es su desaparición...
Así, sin saberlo, simplemente aplicando sus conclusiones a un estudio pictorico sobre el toro, Picasso nos muestra cual es la evolución a seguir por éste en el futuro: la practica desaparición de sus cualidades, hasta quedar reducido a un escombro...



11 de septiembre de 2007

LAS FERIAS DE HELIOGÁBALO



Sexto Vario Avito Basiamo Marco Aurelio Antonino (Emesa, Siria, c. 204-Roma, 222) Emperador romano entre 218 y 222.
Más conocido como Heliogábalo, es considerado el hombre más degenerado de los que subieron al trono imperial, haciendo parecer a Nerón y Calígula como razonables seres humanos. Una de sus hazañas más excesivas es la del banquete en el cual asfixió a sus comensales hasta la muerte con una lluvia de perfumados pétalos de rosa...
En el siglo XIX fue considerado un heroe por el movimiento decadente. Más tarde, también sería objeto de estudio de Antonin Artaud, el maldito entre los malditos...
Fruto de una cultura decadente, de una fiesta degenerada, se producen bastante a menudo lluvias de apestosas orejas en las plazas. Excesos que llevan a la asfixia del maldito aficionado...

9 de septiembre de 2007

EL SUEÑO DEL ESTANCO

Yo debo estar con mi padre. Su mano grande, de cirujano, como las de Schiele, sujeta la mía entre un mar de gente. Debe ser la suya porque me siento seguro y la aprieto con fuerza. Miro hacia arriba y mi vista sube por su brazo como si fuera la ladera de una montaña. Es un brazo interminable, que a la altura de los hombros esconde la cumbre con una densa bruma... o mejor, con una impenetrable nube de humo de puro... sólo puedo intuir que allí arriba, detrás, está mi padre.
La montaña se mueve, arrastrandome, mientras esquivo o choco con piernas y piernas. Sigo su paso hasta que se para. Una voz como de origen divíno me dice: "Vamos a ver al bombero torero. Guarda esto."
Caida del cielo, aparece una mano gigantesca, como de Monty Phyton. En la palma me ofrece una entrada. Tengo que soltarme para cojerla. Es como un cheque de concurso televisivo. Leo con dificultad en su dorso: "Corrida monstruo".
Al levantar la cabeza del enorme papel, me doy cuenta de que estoy solo. La calle ha quedado completamente vacía. Como si los hubieran mandado a todos a Marte chiscando los dedos. No se ve ni un alma. Dando vueltas sobre mi mismo busco a mi padre. Nada. Llevo la entrada debajo del brazo izquierdo. Es como una puerta. Empiezo a correr con dificultad gritando: "papa, papa". Me entra el miedo. Sigo corriendo, rodeando un edificio redondo que parece interminable. Oigo mis pisadas estallar en el silencio. No paro de correr. Ni un alma. De repente un camión. De culo. Descargando algo. La puerta de atrás abierta. El suelo lleno de paja y mierda. Sol y moscas. Me acerco con sigilo. Manos sudadas. Me resbala la entrada y la agarro a ella como antes a mi padre. "Guarda esto". No la puedo perder. La aprieto contra mis costillas. Parece de poliexpan. Cruje. El metal del suelo del remolque retumba. Algo camina desde su interior.
"¿Qué haces aquí?". Un torero de plata surge desde la oscuridad. Va vestido de luces, con montera y todo. Debajo de sus brazos, como dos cochinillos, lleva dos toritos enanos.


"¿Es que se te ha comido la lengua el gato? ¿tas perdío?". Yo me quedo petrificado. Mirandolo. Sin poder decir palabra. A punto de llorar. "Cago 'n la puta, no tengo tiempo pa' esto. Que tengo que llevar los toros pa' que se luzcan las figuras con to' su arte y salero". Se queda él también en silencio. Al final lo rompe: "Sigueme".
A mis espaldas aparece una puerta en la que no me había fijado. O que no existía. El torero la empuja con el hombro. Los toritos berrean. Alargo la mano y a uno lo cojo del rabo. Él se da la vuelta y me mira cabreao. "Ten cuidao, que estos toros te puen matá". Sigue andando, yo detrás como su sombra. Mis dedos apestan a vino de Jerez mientras me adentro por la plaza.
"Acho, encargate de encontrar al padre del niño". Le grita a un viejo que se acaba acercando y me quita la entrada. Esta, ahora parece una nota de galleta de la suerte china. El viejo me indica unas escaleras. No emite ni un sonido. Subo por los escalones hacía la luz. Salgo por el vomitorio. Allí está mi padre. Me inunda una ola de tranquilidad.
Hago como que no ha pasado nada y me siento a su lado. Nos rodean robots muy primitivos agitando pañuelos. Antes de poder mirar el ruedo, me manda a por tabaco...
Es extraño. porque ahora me siento seguro. Como sí siempre me hubiera movido por esa plaza. Como si fueran los pasillos de mi escuela, mi patio del colegio... Salgo de la luz para entrar en las sombras. Estoy en las entrañas del edificio.
Parece que todo está lleno de caballos. Decenas de caballos. Voy apartando sus remos como árbolitos recién plantados, pero parecen infinitos. La desesperación vuelve a presentarse y caigo al suelo. Desde allí observo una puerta, me arrastro, salgo de la jungla de patas.
Cierro la puerta tras de mí. Tomo aire. Intento adaptar mis ojos para poder ver algo en la oscuridad. Agudizo los oidos para captar algún sonido. Nada. Sólo un aire vivo, animal, llega desde el eterno negro que tengo enfrente. Un aire que se va haciendo cada vez más presente hasta que lo siento mover mi pelo. Entonces reparo en los dos botones negros cosidos a esa inmensa cabeza. Paralizado yo, su hocico se acerca y me huele indeferente el pecho. Lo deja humedo, caliente. Desde abajo me parece el animal más inmenso que he visto en mi vida. Todo encima mio es toro. Sus manos son como pilares, su pecho un frontón, su cabeza una cúpula y sus cuernos como dos campanarios. Se apodera de mí un sentido místico. Como ante un Dios. Me pongo de rodillas y rezo.
En mitad de la plegaria, mi totem comienza a retroceder. Ahora puedo apreciar mejor su enorme silueta. De repente una luz se desparrama desde el techo. Justo encima del toro algo se mueve. Me pongo en pie. De frente. Ahora soy más alto que él. Una figura blanquecina. Un esqueleto. ¿La muerte?

Se agarra a los cuernos, rie, me señala. Yo ahora tengo la espada en la derecha, y la muleta en la izquierda. Cuanto más erguido, más se rie la calavera. Alarga el brazo y señala algo detrás mio. Se que me está indicando un camino. Sigo un túnel que me lleva de vuelta a la claridad. A la calle. A la puerta de un comercio...En el letrero pone: "Tabacos Adolfo Martín". Una vez atravesada la puerta, doy al típico estanco: pequeño y recargado. Dentro están 3 toreros vestidos de verde botella y oro: El Fundi, Lopez Chaves y Rafaelillo. Detras del mostrador, un viejo y enorme toro cárdeno a dos patas fumandose un puro.




Los tres charlan animadamente entre ellos sin prestarme la menor atención. Me acerco al dependiente. Me mira de frente y me suelta el humo. "¿Qué quieres?". "Un cartón de Ducados". Respondo. "Espera un segundo, voy a buscarlo".
El toro se mete en la parte de atrás de la tienda. Me quedo observando a los tres matadores. Hablan entre sí con voz baja. Confidencias. No entiendo ni una palabra. "Aquí tienes" resuena en mi cogote. Rebusco en los bolsillos y empiezo a soltar calderilla que cae estrepitosamente sobre el cristal...
"¿Qué hacen estos tres aquí?", pregunto mientras señalo al trio tras de mí. "A estos, los empresarios, los suelen mandar a por tabaco". "Es un barrio peligroso, pocos se atreven a venir... Encima, lo que ofrecemos, es un producto fuerte y autentico. No todo el mundo está preparado. Ahora prefieren cosas más light".
Por fuera, se ve pasar a otro torero, vestido de purisima y oro. "Mira ese. Ese compra mucho tabaco también. Pero de mala calidad. Es muy flojo. Por aquí no se le ve. En este estanco sólo aparecen los verdaderos fumadores". La frase la pronuncia sentenciando, y la acaba expulsando el humo entre los dientes. Envuelve el cartón con papel de estraza y me lo ofrece. Lo cojo. Salgo de allí saludando a los tres maestros. Ni me miran. Siguen a lo suyo.
Empujo la puerta y salgo al exterior. Una luz me ciega, obligandome a taparme los ojos con la mano. Delante tengo un paso de peatones. El semaforo empieza a pitar. Cruzo la carretera. Al otro lado me espera mi viejo. Ahora de mi altura. Le ofrezco el cartón. Lo agarra y se lo guarda. Su brazo pasa por encima de mi hombro. Al oido me dice: "Vamonos a Casa Lucio".

7 de septiembre de 2007

LA TAUROMAQUIA ONÍRICA


Últimamente parezco un jodido escriba egipcio. Todo viene de algo raro que me está pasando por las noches...
Un día me levanté con un cosquilleo que me subía por el brazo. Abrí los ojos y vi a un gato que se debía haber colado lamiendome la palma de mi mano inerte. Desde el principio no me pareció nada tierno. Su cabeza subía y bajaba provocando una sensación de escozor y malestar. Agité la mano y el se giró para mirarme con condescendencia. Era negro como el azabache con ojos como esmeraldas (recien levantado no pidais metaforas mucho más currás), pero lo que me llamo la atencíon fue el globito que colgaba de su boquita. El globito brillaba y era rojo. Era sangre. Detrás de su cabeza aprecié la raja que abría mi piel en dos. El abrevadero gatuno... Me puse en pie, me lavé la herida, la vendé y no quise saber nada más del asunto. Uno que es así.
No sé cuando después, me levanté como un ser humano civilizado. Sonó mi movil, lo descolgué, y me cagué en su puta madre... Pero eso es secundario, lo que nos interesa aquí, es que al acabar de mear (recien levantado no pidais mucha buena educación), encontré en la mesa unas cuantas hojas violadas caligraficamente por un maníaco. Las intenté descifrar entre legañas, captando alguna frase. Recuerdo que alguna me pareció graciosa... Jajajaja, que risa...
Yo vivo en una cueva, de su techo cuelga una cuerda, y de esa cuerda cuelga un Joselito. Lo voy esquilmando con mi cuchillo jamonero, y sí viene una chica, la tumbo en el camastro y la voy cubriendo con lonchas y lonchas. Cuando la grasa se derrite sobre la piel, me la como entera...
Llevaba unos días sin encontrar el cuchillo. Sin un buen cuchillo, la pata no se toca. Las cosas como Dios manda. Resignado, me senté a fumar un porro. En la silla, con el jamón balanceandose sobre mi cara, me recordó a uno de los estudios sobre la crucifixión de Bacon. En medio del trance, me quemé con el mechero y se me cayó la piedra al suelo. Me rebajé como un insecto a mirar debajo de un mueble. Como un cerdo trufero encontré el cacho, y al lado el cuchillo. Tenía el filo manchado de sangre.
No sumo dos más dos son cuatro hasta varios días después. Vuelvo a ojear los papeles después de cenar, intentando sacar algo en claro. Migas sobre las hojas, las aparto y se extienden como un montón de fruta rodando por la calle. Algunas se frenan con surcos en la madera. Letras rayadas. Letras alguna cubierta de costra marrón. Un texto extenso, media mesa. Un grabado digno de un escriba...
Desde entonces el material maníaco-caligráfico ha ido en aumento. Cualquier superficie es buena: espejos, frigorífico, servilletas, camisetas... Cualquier trapo, pero sobre todo cualquier papel... Los voy recopilando, quiero descifrarlos. He llegado a la evidente conclusión de que son fabricados durante ¿ataques? de insomnio aleatorios cuyo fín es el de derramar la tauromaquia onírica que se desarrolla dentro de mi craneo por las noches...
El primer desvarío ya lo he traducido y pasado a medio-limpio, llevandome más cerca de Shinué y sus trepanaciones, que de mi compañero el del Louvre...
En cuanto pueda, seguiré humildemente mis obligaciones llegadas del más allá, y los resultados serán colgados en este blog...
Hasta más ver...

6 de septiembre de 2007

VIVA LOS NIÑOS VALIENTES



En la raiz de una cicatriz los toros escondieron toda su esencia.
Que se la vino a encontrar un niño viejo, cansao de tanto andar, tirando por unas tierras muy lejanas...

5 de septiembre de 2007

MI MULO Y YO

Mi Mulo me hace sentirme como un aficionado cómico...

Mi Mulo me hace sentirme como un aficionado viejo y amargado...



Mi Mulo me hace sentir como un aficionado fuerte y poderoso...


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Mi mulo es mediano, peludo, aspero; tan blanco por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva tinte. Sólo los faros de cobalto de sus ojos son de color cual dos escarabajos peloteros azules de Egipto.
Siempre suelto, se va al secarral, y azota bruscamente con su morro, despanzurrandolos, los hierbajos marchitos, pardos y secos... Lo llamo a gritos: "¡Mulo!", y se aleja de mí aperreado, que parece que se ríe, en no sé qué puteo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las cascaras, los restos, todas las basuras, con sus cristalinas moscas flotando...
Es desabrido y cruel igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Cuando paseo junto a él, los sabados, por las últimas callejas del barrio chino, las putas inmigrantes, vestidas con lascivia y despaciosas, se quedan mirandolo:
- Tien'asero...
Tiene acero. Acero y plata de yonki, al mismo tiempo.


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Cuando desperté el Mulo todavía estaba allí...
Es mi primer recuerdo suyo, me levanté por la mañana y supe que ya le conocía de antes...
Un día coló su cabeza por mi ventana, al siguiente lo repitió, y desde entonces entró en mi vida...
En ocasiones me levanta lamiendome la cara, en otras mordiendome una oreja. Lo que está claro es que mi Mulo no tiene termino medio. Por eso cuando discuto con él, veo que yo muchas veces tampoco... Parece una inmensa veleta que gira y gira para situarse en dirección contraria de lo que yo digo...
Mi Mulo habla, vee la tele, le gustan muchos tipos de música y conversa conmigo sobre el mundo de los toros... Sí yo digo una cosa, él dice la otra... Es de esos mulos que a veces odio, porque me hacen pensar y esformarme en lo que digo. Nunca puede darme la razón. Mata mi soberbia...
Acémila que es, se defiende a coces verbales. Defiende una visión de la fiesta (y del mundo) continuista. Lo que quiere decir que no cree que las cosas vayan mucho mejor o peor que antes, si no más o menos igual. Siempre ha habido ricos y pobres, toreros famosos y toreros gladiadores, fraude y gloria, corridas de pueblo y señoras plazas, tardes buenas y tardes malas... Es una teoría, alejada de los romanticismos baratos de mucho aficionado y de la euforia panfletaria de los medios de comunicación, que a veces consideró la más realista. Como cuando vi la película de José María Forqué "Yo he visto la muerte" (1965).
Para el que no la conozca, decirle que es un semi-documental sobre la fiesta de los toros. Se divide en 4 partes, cada una protagonizada por un diestro diferente, todas con algo relacionado con la muerte. Los diestros son Antonio Bienvenida, los Domecq, Andrés Vazquez, y por último Luis Miguel Dominguín.
"De blanco y oro" es el episodio que más me hizo cabilar. En el se cuenta como Antonio Bienvenida es cogido por un toro, y como a continuación afronta el percance hasta superarlo. Decir que Bienvenida expulsa torería por los poros sería quedarse corto. Cada palabra, cada gesto, cada acto, componen un monumento a la tauromaquia en todos sus bellos sentidos... Y es que, en estos días de nuestro señor, éste Maestro es nombrado como un mito por cualquier aficionado que se precie. Es nombrado como un ejemplo a seguir. Es nombrado por los aficionados más rancios como uno de los sumos defensores de los cánones sagrados de la tauromaquia...
¿Pero que pasa en la película? Que el diestro se presenta en Las Ventas para torear y es abucheado... Es abucheado por un grupo de aficionados por no arrimarse lo suficiente con un toro. Es llamado "máscara"... Y Don Antonio se pone a intentar sacarle unos pases al morlaco, sin darle distancia, tocandole el pitón, confiado, justo antes de que éste suelte un gañafón que casi le salta la cabeza. A continuación vemos como se llevan el cuerpo por el callejón. Repetida la imagen una y otra vez. La poética de la sangre primaveral en la plaza.
Luego, el Maestro se recupera, elige un toro de la misma ganadería, se viste con el mismo traje (de blanco y oro), y en la misma plaza y en el mismo punto donde sufrió el percance, rubrica su vuelta a la vida a traves del triunfo y de la superación del miedo a la muerte...
Dando la vuelta al ruedo entre clamores, borra con su capote la cruz marcada en la arena donde debía rendir cuentas consigo mismo.
Y a todo esto, los mismos que lo habían crucificado con anterioridad, ahora le aplauden con fuerza...


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Mi Mulo a veces me hace sentir como estos aficionados. ¿Que dirían estos señores sobre Bienvenida en sus tiempos? ¿Dirían que estaba acabado? ¿Dirían que era un mentiroso? ¿Un estafador? ¿Dirían que no ponía la pata pa'lante?...
¿De todo eso que decían a quedado algo? ¿Eran aficionados cabales que reclamaban como a cualquier otro?... Seguro que Don Antonio también tuvo alguna mala tarde. Seguro que se llevó abucheos más de una vez... ¿No ha cambiado nada? ¿todo va a peor? ¿nada va a mejor?...
Y aquí estoy dandole vueltas al asunto, intentando llegar a una respuesta...
Intentando callarle la boca a ese Mulo que siempre me lleva la contraria...
A ese mulo que me hace pensar y me discute cada día...


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Por la cueva en silencio, encendiéndose cada vez que pasaba por el rayo de sol de la ventanilla, revolaba una bella mariposa de tres colores...

3 de septiembre de 2007

S. M. EL VITI


"Gracias al toro he conseguido ser un poco más humano en la vida.
Gracias al toro he sabido valorar mis ancestros y potenciar el origen de mi persona". S. M. El Viti.