28 de mayo de 2008

CÁNONES



"Las artes se aprenden mediante la razón y el método, y no existe para ellas más maestro que la práctica"

"A partir de los ejemplos que nos han llegado de nuestros antepasados, de los consejos de los expertos y de la práctica continuada, se ha obtenido el más perfecto conocimiento sobre la realización de las obras más dignas de admiración, a partir de dicho conocimiento se obtuvieron unas reglas de probadísima eficacia; reglas que de ninguna forma deben pasar por alto quienes quieran -algo que todos debemos desear- no pasar por absolutamente ineptos a la hora de construir (TOREAR)". Leon Battista Alberti

Cada tarde que veo los toros me encuentro con esa lidia de hoy en día, moderna o posmoderna, que yo llamo tomadura de pelo o incompetencia. ¿Dónde quedaron los Sagrados Cánones de la Tauromaquia? En esta época del "todo vale" ni ellos se salvan de la degeneración general; a pesar de haberse demostrado que el respeto ultra académico a estos es lo que conduce al asombro y la maravilla en este arte. Por eso, aunque parezcan de Perogrullo, creo que no viene mal recordar estos textos de Alberti, que siguen manteniendo toda su vigencia ocho siglos después para cualquier persona que desee practicar cualquier arte, entre ellas, por supuesto, la del toreo.

(Remate: Hay que leer-repasar a Domingo Ortega y a Rafael Ortega...CANÓNICOS)

26 de mayo de 2008

ROJO



(Desde que me crucé en Campos y Ruedos con la foto de la puerta de la finca de los del Cura de Valverde, esta ha sido una especie de obsesión para mí. Tanto hablar de arte y artistas consagrados cuando lo que más me llenaba era ese color rojo, esos símbolos en blanco, ese candado herrumbroso, esa cuerda de pita... Pero nunca me he visto capaz de escribir algo a su altura y siempre he postergado cualquier intento. El otro día, sin embargo, inconscientemente recorrí en imágenes desde la sangre roja que brotaba por los muslos de Frascuelo hasta la mancha roja que formaron Esplá y su vestido y su sangre sobre el albero de Ceret con el colorao de Valverde y su sangre rodeados de burladeros rojos con el mismo hierro pintado en blanco. Y acabé delante del portón. La sangre de Frascuelo que regó Madrid de torería me había llevado allí tras recordarme la puerta grande con los del Cura en el 99. Desde el rojo manchando el purísima y oro hasta el rojo primitivo en medio del campo se me abrió la realidad de este arte cuando se está ante toros de verdad... Unos días de fiesta y los otros de letanía...)

FRASCUELO



"Vivo para torear, aunque pase algo de hambre"
(Frascuelo desde el hospital)

21 de mayo de 2008

LOS VALORES




"La postura que adopta el hombre moderno frente al deporte es quizas la mejor muestra de los peculiares procesos psíquicos que se esconden tras esa transformación de los valores que se está operando en nuestros días. Lo que más le interesa del deporte al hombre actual es la pregunta de quién quedará vencedor en el torneo, quién llegará al mayor resultado mensurable. La apuesta no hace más que establecer una simple relación cuantitativa entre dos esfuerzos. ¿Puede uno imaginarse que se apostara en la palestra griega o incluso en una corrida de toros española? Desde luego que no. Porque allí como aquí la actuación personalisima del protagonista se valoraba y se valora artísticamente, es decir, de manera puramente cualitativa, sin dejar a una apreciación cuantitativa". Werner Sombart, "El Burgués" (1913).

(A Werner Sombart lo conozco poco, muy poco, y las escasas referencias que tengo tampoco me llevan a tenerle excesivas simpatías a priori. Pero en este parrafo, a lo mejor por la lejanía desde donde lo escribe, creo que acierta a dar una visión bastante atinada de lo que es una corrida de toros: Un arte antiguo, alejado de los nuevos valores del hombre moderno y comparable con la tragedia griega en su nivel de comunión con el público (cuando se realiza como Dios manda).
Javier Valverde no me gusta como torea, pero es honrado y valiente. Indudablemente está alejado de los puestos de cabeza del escalafón taurino, esa degeneración "deportiva" de la fiesta, y sólo hacen que ponerle delante alimañas. No se que pasó en Estepona con el Miura que le dio la cornada en la parte posterior del muslo derecho (tres trayectorias de 20, 25 y 18 centímetros que destrozaron el glúteo mayor, bíceps femoral y músculo vasto externo) pero fijo que expuso por ganarse el pan creando algo delante de un toro. Cuestión de valores).

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Aunque mi apoderao siempre me ha dicho que nada de retoques a posteriori, que lo hecho hecho está, no puedo dejar de incorporar unas declaraciones de Javier Valverde desde el hospital. Creo que el texto se entiende y se cierra ahora mucho mejor con estas dos frases; ejemplo de valores desprestigiados:

"La cornada fue muy fuerte y estoy pasando estas primeras horas con muchos dolores, pero es un tributo que tenemos que pagar los toreros. Suena a tópico pero es la realidad"

"gracias al momento dulce que vivo este tipo de contratiempos se aceptan mucho mejor. Los toreros tenemos que hacer este tipo de esfuerzos y así tiene que ser"

19 de mayo de 2008

EL LÓBULO


Tengo una mosca encima del lóbulo occipital. El lóbulo occipital es un lóbulo (lóbulo se le llama a las zonas específicas que se distinguen de cada hemisferio del cerebro) ubicado en la zona posterior del cerebro de los mamíferos encargado de procesar las imágenes. El lóbulo occipital es el lóbulo posterior en forma piramidal, situado por detrás de la cisura parietooccipital. El surco occipital lateral se extiende transversalmente a lo largo de la superficie lateral, dividiendo al lóbulo occipital en las circonvoluciones superior e inferior. En el lóbulo occipital se encuentran: el área 17 (corteza estriada o corteza visual principal) y las áreas 18 y 19 que son áreas de asociación visuales.

Pues eso, que me han dicho que encima de ese lóbulo tengo una mosca que me causa problemas y que no lo deja funcionar con normalidad. Una lesión en las áreas 17, 18, 19 del lóbulo occipital causan el síndrome de Antón, el cual causa alucinaciones, reflejos pupilares o ceguera cortical.

El sabio que me lo ha dicho, ha explicado que el síndrome de Antón consiste en que los pacientes afectados no sólo niegan que están ciegos sino que además fabulan detalles de su entorno visual, en ocasiones con una considerable precisión. Además, las restantes funciones cerebrales tampoco son normales, pudiéndose demostrar cierto grado de demencia. Pero mi síndrome tiene características especiales al ser causado por una mosca, un insecto...

La mosca hace que este lóbulo "descifre" e interprete de manera equivocada los impulsos eléctricos que le manda el nervio óptico. Vamos, que yo veo un toro y un torero y lo interpreto como arte cuando lo tenía que interpretar como una tortura con un brutal salvaje estoqueando a un pobre animal desangrándose. Donde veo belleza sólo hay carroña. Donde yo, en medio del silencio de Las Ventas y al contemplar un pase de pecho sobrenatural, veo una expresión artística superior a la ópera, sólo debería ver un "circo macabro". Donde yo veo una estocada como el mejor final, no debería poder ver nada por las lágrimas, sólo sentir rechazo.

Ahora debería ser cuando yo explicase porque todo esto de los toros es algo diferente, especial, todo lo que significa, de donde viene...bla,bla,bla,bla,bla... Paso de justificarme. Estoy cansado y son las cuatro de la mañana. No se porque tengo que dar explicaciones. Me voy a la cama, allí me esperan sabanas blancas y una almohada para mi mosca y yo. En la mesilla un vaso con saliva y azúcar para tenerla contenta y que no me deje ni en sueños.

Si al despertarme se me hubiera ido la mosca y de esta forma en una corrida empezara a ver todo eso que dicen que debería ver, luego no podría atreverme a salir de mi cama ni abrir los ojos para mirar el mundo... Tal sería el Horror...

14 de mayo de 2008

BASTÓN EN MANO




MALOS PASOS


En una de mis varias reencarnaciones anteriores, asistí a muchas corridas de San Isidro, acompañado de Javier Pradera, Rafael Sánchez Ferlosio, Alberto González Troyano y otros amigos queridos. Era la época de los mayores triunfos de Paco Camino. He tenido la suerte de ver grandes faenas de Antonio Ordóñez, Curro Romero, Antonio Bienvenida, Rafael de Paula... y no digo más, como añadiría Don Quijote. Pero creo que alguna de aquellas tardes de Paco Camino en Las Ventas fueron sencillamente tan buenas como la mejor del mejor. Y no digo más, etcétera...


No sé cómo serán ahora las cosas, hace tanto que no voy, pero entonces el público del coso madrileño solía pasarse de bronquista y alguacilesco. Muchos iban más a censurar que a disfrutar... o sólo disfrutaban censurando: a voz en cuello, claro. Sobre todo por el poco trapío y otros defectos reales o imaginarios del ganado. Admito que yo era de los que no iban a la plaza a ver toros inasequibles al desaliento (en lo referente a bestias feroces prefiero primero a los hipopótamos y luego a los tigres), sino a ver torear. Y me impacientaba bastante perder media tarde en griterío y peticiones de acorralamiento (es decir, mandar toros al corral), mientras se enfriaba la perspectiva de ver buenos pases.


Sobre todo, cuando iba a torear Curro Romero. Sabido es que en el caldero de las brujas hay que mezclar sangre de doncella, hígado de sapo, esperma de ahorcado y cosas semejantes, todo en una noche de luna nueva y en año bisiesto: de otro modo, no sale el conjuro. Pues bien, aún debían coaligarse circunstancias más raras e improbables para que Curro tuviese su tarde. Y, naturalmente, las broncas y los cambios de ganado podían romper la magia incluso antes de que los astros comenzaran su favorable conjunción.


Recuerdo en especial una tarde, oscura y amenazando tormenta, o sea la típica de San Isidro. Alberto comentó, lúgubre: "Es como ver una corrida en Hamburgo". Salió el primer toro, que le correspondía al faraón de Camas, y se montó el cirio. El poco respetuoso respetable se levantó en un clamor unánime: "¡Cojo, cojo!". El presidente se resistía a cambiar el morlaco y en la barrera Curro ponía cara de "si lo sé, no vengo". Una desesperación. Todos estábamos de pie, saltando unos de indignación y otros de impaciencia. Entonces, Ferlosio, sublime como sólo él sabe serlo, bastón en mano cual pastor tratando de reunir a su disperso rebaño, gritó: "¡Dejarle en paz! ¡No está cojo! ¡Es su forma de andar!".


Del resto de la jornada recuerdo poco, pero creo que todo fue un desastre. Se cambió por fin al toro, pero ya Curro había decidido no acudir al trapo. Y no sé si incluso acabó lloviendo. Da igual, sólo guardo en la memoria lo que dijo Rafael. Y ahora, en la frecuente bronca mediática de este país, cuando a quien salta al ruedo con cualquier propósito inmediatamente se le etiqueta a voces -¡fascista, traidor, populista, maricón, homófobo, chorizo, cojo, cojo, etcétera!-, siempre siento ganas de gritar a mi vez: "¡Dejadle en paz! ¡Es su forma de andar!". Fernando Savater.


(Hoy tenía pensado hacer un post sobre Esplá, que torea mañana en San Isidro, pero me he cruzado esta anécdota con los maestros Curro Romero, Paco Camino y Sánchez Ferlosio de por medio y no he podido aguantarme (mi apoderao me mata). En verdad el artículo, por lo que respecta a lo opinado por Savater, me da bastante grima. Le gusta un tipo de fiesta que no es el mío. Estoy seguro de que en la plaza el señor Rafael también polemizaba (ejemplos hay en este blog) con él sobre toros y defendía al aficionado ("Si éste en los toros es El Respetable tan solo porque puede aplaudir o pitar y abuchear, se vuelve "el despreciable" allí donde no caben más que los aplausos y las aclamaciones") y sus derechos, aunque un día fuera indulgente con los andares de un toro para el faraón. En lo que no tengo género de dudas es en el nivelazo de las plazas de la época tanto en los tendidos como en el ruedo y en que me hubiera gustado ver a Sánchez Ferlosio bastón en mano gritando en Las Ventas).

12 de mayo de 2008

LA ISLA DE LOS MUERTOS





Estas tres imágenes corresponden al post "Sin título" del blog Pensamiento en Imágenes escrito por José Luis Molinuevo, Catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Salamanca. Nada más verlo me ha parecido genial y no he podido dejar de colgarlo en mi página para que todos los que pasen por aquí sean participes de él.

En su blog, el señor Molinuevo pretende una: "Exploración del pensamiento en imágenes como experiencia estética y como forma de identidad y ciudadanía en la sociedad de las nuevas tecnologías". Él nos deja estas tres imágenes con una evidente conexión, pero sin texto, sin título... Ni siquiera el nombre de los cuadros o de sus autores. A partir de aquí le toca reflexionar a cada uno sobre lo que tiene delante de sus ojos.

Hay gente a la que le puede recordar a cierto órgano femenino donde se quiere entrar, donde se guarda un enigma... Seguro que dentro de la isla hay un enigma, pero a mí me huele a otra cosa... Me huele a muerte, la única certeza que tenemos durante esta vida, y detrás de la cual se guarda el mayor enigma... Un lugar de muerte, de muertos.

Yo empiezo pronto a investigar para atar cabos. Las imágenes corresponden la primera al cuadro de Arnold Böcklin "La isla de los muertos", la segunda a una versión de H. R. Giger llamada "Böcklin"; y la tercera a una foto de la plaza de toros de Bocairente.

La obra de Böcklin es una de las cinco versiones que pintó a lo largo de su vida. La primera fue encargada por Marie Berna, viuda de la alta burguesía que le pidió “un cuadro para soñar” tras la defunción de su marido. Titulada en un principio "Un lugar tranquilo" resulto ser decisiva para el movimiento simbolista y para el pensamiento que se estaba generando entonces dando paso a la iconografía mortuoria del decadentismo. La isla de los muertos fue entendida como el reducto por excelencia de lo misterioso y del secreto.

En la versión de Geiger ya no aparece la barca. Es un lugar en el que lo inhumano se sobrepone a lo humano, más oscuro y desasosegante, más orgánico y mecánico, más gótico.

La tercera es la plaza de Bocairente, que se nos abre como la isla del cuadro. Un lugar tranquilo, donde soñar, misterioso y lleno de secretos. Un lugar donde (recordando el "catecismo progresista") la fiesta cruel y obscena no ahorra el impúdico espectáculo de vida y muerte mostrado en un antiguo cara y cruz, un tugurio de sangre y moscas donde no se oculta pudorosamente la muerte como en los asépticos tanatorios y hospitales. Una isla en medio de esta moderna sociedad donde se intenta mantener un arte, un lenguaje simbólico, donde se nos muestra las dos relaciones más importantes del hombre: una con la certeza de la muerte y otra con nuestra conflictiva animalidad.

9 de mayo de 2008

MARIPOSAS Y MORTAJAS



Me fui de viaje y al volver me encontré estas imágenes de lo ocurrido en Zaragoza, noticias de 11 varas entre dos toros y un mensaje esperanzado de Javier. Me acordé del "Toro Mariposa" de Goya que había visto con La Virgen en el Prado. Farolero hacía levantar el vuelo de este arte con sus entradas al caballo. Y a la fiesta, que parecía estar con los últimos estertores, de repente le habían crecido dos alitas en los lomos, y se levantaba unos palmos del suelo entre seres que se reían de ella con caras grotescas ante algo que consideraban fútil. Pero hay estaba yo, volando con el toro...



Volví de viaje y me toco tragarme la primera corrida de la Feria de San Isidro; toros y toreros inválidos, sin noticias del tercio de varas y mensajes desesperanzados por doquier. Me acordé del cuadro de Solana "El Osario" que había visto con La Virgen en una exposición aquí. Los Martelilla arrastraban este arte por el fango como ellos mismos lo hacían por el albero. Y la fiesta, que durante unos momentos había parecido que se podía levantar de su lecho de muerte, volvía a aparecérseme ante los ojos, en una nueva poética de los huesos, como envuelta en una mortaja y rodeada de unos pocos fieles capuchinos que la guardaban y cuidaban buscando su mejor conservación. Y ahí estaba yo, rezando por el toro...

7 de mayo de 2008

EL SUBDESARROLLO



Siempre que con el tema de los toros sale, por parte de los antitaurinos, el rollo de la España parda, marrón, negra, mierda, sangre, culturalmente atrasada, subdesarrollada moralmente, bla, bla, bla, ra-ta-ta-tá; se viene a mi cabeza la carita de Hermann Nitsch con sus largas barbas blancas de "sabio" austriaco y la foto del castillo barroco de Prinzendorf rodeado de verdes, dorados, inmaculados campos dignos de la ejemplar, ilustrada y moderna Europa... Lo que él hace sí que es elevado y está a la altura de los tiempos, eso sí y no la mierda de los toros...


Para el que no lo conozca, que supongo que serán mayoría, Hermann Nitsch es un artista (pintor, escritor y compositor) austriaco asociado al accionismo vienés. Como nos informa el blog rizomas.blogspot.com: "Si ha habido un grupo de artistas radical ha sido el llamado Accionismo Vienés, que allá por los años 60 revolucionaron el panorama en la tranquila Austria, creando happenings de fuerte impronta corporal, en donde las frías instalaciones que ahora dominan estaban llenas de sangre, fluidos de toda clase, música devastadora y otros elementos capaces de alterar a un público convencional. Uno de los creadores de esta actitud es Hermann Nitsch, que desde 1957 montó su Teatro de Orgías y Misterios, un proyecto plástico, literario y musical, que sería como una mezcla del land-art y el body-art, con fuerte impronta simbólica, como ahora veremos. Precisamente la acción de 1998, en Prinzendorf, ha pasado ya a los anales como algo excepcional: seis días sin parar en el escenario del castillo barroco, un paisaje de viñedos y trigales al noroeste de Austria".


"Entre el ritual religioso y la fiesta pagana, Teatro... de Hermann Nitsch pretende la experiencia en todos los sentidos; es un acto de comunión colectiva donde se come carne con el vino de la cosecha más reciente y se asiste, en una acción que combina la belleza con la más visceral repulsión, a la procesión, degollación y descuartizamiento de animales. La música se confunde con el grito de las bestias, el perfume de los inciensos con los olores animales"


"Lo que Nitsch trata es de recuperar la celebración --al comienzo del verano-- del principio de vida o nacimiento (celebración durante el solsticio de verano, rito del vino joven, hijo de la fecunda tierra), que conlleva la muerte con el consiguiente renacer (degollación de animales y consumo de su carne). Claro que todo esto, explicado, se queda en nada. "Solamente en la experiencia de su dramaturgia se comprende el sentido de totalidad a que aspira la obra". Lo que en su lugar celebramos ahora (noche del 23 al 24 de junio, San Juan) es una nimiedad. Se ha perdido toda la fuerza de los antiguos rituales y choca a la mayoría la sensualidad /carnalidad de este proyecto-realidad. Porque, acostumbrados ya a lo virtual /digital/representación cool, nada más perturbador que esta acción que dura varios días (con sus noches), y en donde se mezcla la sangre animal, la carne femenina abierta en canal, la música en tiempo real-espeluznante y los guiños constantes a la liturgia cristiana. Bestial" (siempre según recojo de la página rizomas.blogspot.com).


(Les dejo un video con imágenes de la acción en cuestión. Advierto de que pueden ser bastante desagradables)






Que quede claro que al traerlo aquí no pretendo nada parecido a "épater le burgeois", sobre todo cuando todo esto del accionismo me suena a esas nuevas estéticas de lo transgresor de las que habla Sánchez Ferlosio, esas que han saturado de tal manera nuestros ojos que los han insensibilizado perdiendo toda posibilidad de impactar ("El efecto "impactante", como diría un periodista, de lo transgresor se ve envuelto, así pues, en ese mismo proceso de desgaste: al no ofender más que a la vista, la apariencia ostensible en la que actúa el escándalo, no hace más que habituarla, sin hacer mella en los demonios que intenta debelar y agotándose en darse la satisfacción de hacer tan sólo el gesto del rechazo, tanto más ilusorio en cuanto más digerible por el poder de un mundo que ha logrado, no ya acallar ni amordazar por medio de la fuerza, sino disolver y disgregar mediante el privatismo, el consumismo,la dessocialización, la audiovisualidad, la desintelectualización y el deporte cualesquiera capacidades de reflexión y de elaboración de la experiencia hasta el extremo de que todas las posibilidades de contienda se reducen a un espectáculo de gesticulación, donde la propia estética de lo transgresor muestra la elementalidad y la simpleza de balbuciente residuo que atestigua la tremenda depauperación sufrida por el sujeto humano en general" Hacía una nueva estética. Rafael Sánchez Ferlosio). Vamos, que lo de Nitsch me parece un inmenso grito de "caca culo pedo pis". Él , para protejerse las espaldas, se esconde detrás de que "solamente en la experiencia de su dramaturgia se comprende el sentido de totalidad a que aspira la obra" (que si no te tragas medio litro de sangre no lo entiendes, ¡a ver quién le dice algo!) y todo esa base teórica mítico-pagano-dionisiaca-nietzschiana que me hace dudar a veces durante algunos segundos de que todo ello sea una estafa, y en esos segundos aparece la idea de que en realidad el cabrón se lo ha pensao mucho y ha conseguido al final que hablen de él en universidades de todo el mundo. En sus facultades de Bellas Artes, Filosofía, Historia del Arte... ¡En serio! Ha conseguido que hablen de él a continuación de nombrar a Paul Valery o a Stravinsky, o que le mencionen cuando tratan la relación entre Arte y Cuerpo, o en un curso sobre la pintura monocromática... Y todo con esos teatros de orgías y misterios... ¿Por qué no con los toros?


Hay Dios del pobrecito que para hablar en una universidad española de la relación entre cuerpo y arte siquiera nombrara las corridas de toros, o las sacara en un debate sobre otro campo al azar de lo intelectual... ¡Cómo sería despreciado! Y eso que, así de primeras, en una corrida de toros cualquiera se consiguen transmitir más experiencias a los sentidos y reflexiones al intelecto que en toda la obra de los Accionistas vieneses. Pero hoy en día, yo por ejemplo, como me emociono más imaginándome la faena en Ales de Rafaelillo (Dios le bendiga) al Dolores Aguirre (Dios la bendiga) tras ver la magnífica foto de Marc Delon y François Bruschet que viendo a un grupo de austriacos rebozándose en casquería y fluidos de animales descuartizados resulto ser un subdesarrollado, un atrasado, un inmoral, un sádico, una verguenza para el género humano... Así está el patio.


5 de mayo de 2008

ANTISISTEMA


"Nunca lo había admitido públicamente. Paul Simonon, ex bajista de The Clash y protagonista de una de las portadas clásicas del grupo -la del disco London calling, en la que golpea su bajo contra el suelo-, es un apasionado de los toros. También de la pintura. Ahora ha unido sus dos aficiones secretas y las expone en una galería de Londres desde el 9 de mayo. "En el Reino Unido los toros tienen muy mala fama", dijo en 2003 cuando visitó Las Ventas". El País 05/05/2008.

The Clash fue una banda británica de punk rock que estuvo activa entre 1976 y 1986. El grupo fue uno de los más importantes e icónicos de la primera ola del punk originada a fines de los años '70 y, a diferencia de la mayoría de las bandas punk que se caracterizaban por su simplicidad musical, incorporó reggae, rock, rockabilly, ska, jazz y dub entre otros variados estilos en su repertorio. Sumado a esto, The Clash exhibió una intencionalidad política en sus letras que con el tiempo se convertiría en su característica distintiva fundamental. El idealismo expresado en las composiciones de Joe Strummer y Mick Jones contrastó con el nihilismo de los Sex Pistols y la sencillez de Ramones, las otras bandas emblemas del punk en la época.

A lo largo del tiempo, se ha asentado entre los fanáticos y los críticos el apodo atribuido en una ocasión por su discográfica CBS Records, "the only band that matters" (en español "la única banda que importa") para referírseles. La aplicación del mismo refiere a que el grupo nunca se desvió de sus ideales ni de sus costumbres por buscar beneficios personales (¡ole!).

(Cada día estoy más convencido de que, posiblemente hoy en día, ser aficionado a los toros es lo más antisistema (sistema consumista) y contracultural (cultura disney) que pueda ser uno. Aunque uno, en verdad, no se lo proponga).