10 de marzo de 2009

PAISAJE SIN EDAD

(Un hombre y un toro)
(Solos)
(Paisaje sin edad)


Estaba leyendo una conferencia de Odo Marquard sobre "Hasta que punto puede ser irracional la filosofía de la historia" (1971). En ella, cerca del final, dice: "Los filósofos de la historia se han limitado a transformar el mundo de diversos modos; ahora conviene cuidarlo. Sin embargo: ¿cómo se hace esto? ¿Cómo se cuida el mundo, los transformadores frente a los transformadores, uno mismo frente a uno mismo? A veces el cuidado se procura mediante la ausencia: cuida quién está en otra parte". Estas palabras, cansadas de transformaciones y progresos, predicando el cuidado y la ausencia, me han llevado a las carreteras de Segovia junto a Julien Gracq. En ese libro de los paisajes y de la memoria llamado "A lo largo del camino", el sr Gracq escribe lo siguiente: "El recuerdo que guardo de Segovia -con una nitidez de fotografía- es el de su alcázar triangular, fortaleza curiosamente grácil al final de la cual la ciudad terminaba en punta afilada, hendiendo los trigales como el estrave de un crucero hundido. Ni un árbol. Desde allí, mi mirada tomaba al bajar una pequeña carretera de polvo más blanca que la harina; subía abruptamente hacia un pueblo castellano muerto de sed, encaramado sobre la cresta de la colina y que la carretera seccionaba justo en el medio como una almena. No había ni un alma en el paisaje, todo color de pan tostado, sólo un campesino que subía de espaldas al pueblo sobre su asno, cuyos flancos aparecían cómicamente abultados por dos grandes sacos de trigo. El sol caía a plomo; era mediodía -excesivamente pronto en España para acudir al restaurante típico-, yo miraba, fascinado, ese paisaje sin edad, en el que nada, visiblemente, ni siquiera el menor detalle, había cambiado desde los tiempos de Don Quijote".

Cuando se dan las circunstancias señaladas, cuando en el ruedo hay un torero de verdad y un toro bravo, la plaza se convierte en un paisaje sin edad y yo miro fascinado. Pero esto cada vez se ve menos debido a los transformadores. En su mayoría políticos y empresarios... Podrían tomar nota para cuidar las corridas de toros de lo que dice Marquard. Auséntense, váyanse a otra parte... con sus medallas baratas incluidas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

señor solymoscas,gracq es un crack (un poco facilon, ya se, pero ) en castellano como en frances.
quien es el traductor ? (siempre se olvida de ellos aunque son verdaderos peones de confianza sin par, bueno hay unos torpes ).
ha salido julien gracq de su bolsillo hablando de medallas con intencion del guiño a su rechazo del premio goncourt ?
y me alegro de saber que fui el peregrino que le embarco en la nave de este "grand monsieur".
en la "trinchera cosmica" de montero glez veo que se trata de una novela "pistola y cuchillo" con mucha vinculacion a camaron. si he leido bien, no esta publicada pero sera su proximo trabajo. interesante, no ? ( creo que me entere de el por la opcion b , una referencia ).
un saludo fuerte.

ludo

sol y moscas dijo...

Sr Ludo... la traducción es obra de Cecilia Yepes (gracias por acordarse de ellos, esos peones de brega que me vienen rodeando media vida).

Lo del rechazo a la medalla ha sido una alegre coincidencia, como que usted me lo presentara. Sobre el tema medallas y medallones le recomiendo que lea la entrevista al Viti que he dejado en los comentarios del anterior post. Ya me dirá que le parece.
Tomo noto de lo de Montero Glez (lo conozco pero no lo he leído)

otro saludo fuerte para usted